Por fin...Buenavista tiene acueducto
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Alberto Jorge Martínez. |
“Hace como 25 o 30 años que estoy por aquí…” Así inicia su relato Alberto Jorge Martínez, el tercer habitante que llegó al corregimiento de Buenavista en el municipio de Distracción, en La Guajira.
Alberto cuenta que compró el pedacito de tierra en el que ahora tiene su casa cuando aún era invasión. “Trabajaba con un señor que me decía: ‘cómprame un pedazo, cómprame un pedazo y se va pal’ pueblo’. Así compre este pedazo aquí”.
En ese entonces pagó $40.000. “Vine y limpié el terreno donde me pararon la casita de barro en $150”, rememora Alberto Jorge. “Cuando eso, el cuartel de Rondón fue el que me ayudó; puso unos soldados a cortar madera. ‘Ayuden al viejo, ayuden al viejo’ y yo cortaba madera. De 9 a 10 de la noche me pasaba tirándole barro a esto hasta que al fin paré mi casita”
El problema entonces eran los servicios públicos, recuerda Leidys Cera Bermúdez, exsecretaria de salud y ahora trabajadora social de Distracción. Fueron muchas las dificultades que por décadas pasaron los habitantes de este rinconcito de La Estrella de La Guajira, como se le conoce a Distracción. “Eso era muy terrible; ellos tenían que trasladarse a traer el agua en caneca o hacían el esfuerzo con un gasto excesivo en tuberías para traerla desde otros barrios que ya tenían el servicio. Esto les causaba problemas porque disminuía el agua a otros beneficiarios que les dañaban las mangueras, las quemaban, las partían, causando detrimento en el bolsillo en la economía de los hogares”.
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Yajaira Peralta. |
Esta es una historia común entre los habitantes de Buenavista. Yajaira Peralta, una ama de casa del lugar, asegura que caminaban más de un kilómetro para traer el agua. “Desde el caño hasta el barrio nos tocaba traerla en canecas en carretillas porque no teníamos el servicio. Teníamos que ir todos los días porque a veces las canecas no abastecían para el servicio necesario del hogar”.
Y aunque era una necesidad apremiante, pasaron años para que personas como Alberto Jorge, Yajaira y 5.000 habitantes más tuvieran el precioso líquido al alcance de sus manos. Fue en agosto del 2015 cuando el corregimiento de Buenavista dejó escrito en su historia el día que las regalías calmaron la sed.
“Fue una lucha de alrededor de 10 años para que se mejoraran las condiciones de vida de la comunidad, especialmente un barrio que se fundó hace 25 años,” asegura Leidys y agrega: “con la mayoría de los integrantes del barrio hicimos tantos oficios, buscamos los medios de comunicación como ayuda para que se gestionara o se viera reflejado un proyecto de tan gran magnitud”.
El proyecto del que habla Leidys Cera, hoy reconocida líder de esta comunidad, es el que amplió y optimizó el sistema de acueducto y alcantarillado sanitario del corregimiento de Buenavista en el que se invirtieron $762 millones de regalías, recursos que, según sostiene la administración, fueron posibles gracias a la reforma del 2012, pues este municipio no recibía este tipo de aportes del Estado.
“El proyecto ha sido de gran impacto para la comunidad ya que ellos anteriormente no podían acceder a este servicio y hoy, gracias a las regalías, están disfrutando de acueducto y alcantarillado.
Para el municipio ha sido significativo tener acceso a los recursos del Sistema General de Regalías - SGR y poder ejecutar proyectos para incrementar la cobertura en los servicios públicos, toda vez que Distracción no accedía a los recursos de regalías sino por medio del departamento. Esta reforma ha sido de gran impacto para este municipio” afirma Luis Gustavo Daza, secretario de Planeación de Distracción.
Hoy, 5 mil 102 personas que se beneficiaron de esta inversión se declaran satisfechas con el proyecto que permitió la prestación del servicio de agua las 24 horas del día, los siete días a la semana. Por eso, al indagar por las calles de Buenavista encontramos a Juana Almeira quien asegura que para ella es una bendición el agua porque sirve para bañarse, cocinar, regar las matas y el arroz que la gente está sembrando.
Yajaira Peralta, sentada en su jardín, asegura que le ha cambiado la vida. “Ya no tengo que ir con canecas, ahora ya el agua es permanente acá en mi casa, nunca se va, la calidad de vida ha mejorado ciento por ciento con el agua y el alcantarillado que ya lo tenemos gracias a Dios”.
Por su parte, Leidys Cera Bermúdez, asegura que ver la situación de hoy en Buenavista “deja la satisfacción del deber cumplido de ver ese mejoramiento de la calidad de vida porque el agua es fundamental para las personas. Detrás del agua se generan muchas cosas, se mejora la salud, se mejora la educación, se mejora hasta la economía en los hogares”.
Alberto Jorge Martínez finaliza esta historia con una sonrisa, asegurándonos que se siente “contento porque tenemos la agüita aquí; ya no salimos por ahí a buscar en otra parte. Ahora estamos agradecidos de lo que hicieron porque vieron que andábamos mal, pero gracias a Dios metieron su mano, hicieron todo lo posible y nos pusieron todo”.
Contar con los servicios básicos en algunos territorios aún es un sueño, pero las regalías y la esperanza del posconflicto están cambiando realidades como nos cuentan los habitantes de Buenavista.
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