José Laborde y su vínculo con la familia Ariza Blanchar
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Por: Wilson Rafael León Blanchar
En las arenas de Riohacha, donde el mar susurra historias de barcos y navegantes, recaló un capitán francés llamado José Laborde, venía con la mirada puesta en nuevos horizontes y con la determinación de quienes no temen al destino. Su travesía por las costas guajiras no fue únicamente la de un extranjero en tierra lejana: aquí encontró su hogar definitivo cuando unió su vida a Dolores Ariza Blanchar, nieta de Santiago Blanchar y Margarita Arredondo, pilares del linaje arraigado en San Juan del Cesar y sus alrededores.
De esa unión surgió una familia que encarnó, como pocas, la mezcla de lo europeo y lo guajiro. Tres hijos dieron testimonio de esa confluencia:
Doña Margarita Laborde Ariza, quien al casarse con Don Manuel Gnecco Carazo, extendió la rama familiar hacia los círculos de gran influencia social y económica de la región.
Doña Genoveva Laborde Ariza, esposa del Coronel Antonio Joaquín Maya, cuya descendencia vinculó a los Laborde con la tradición militar y política de la península.
Don José Eduardo Laborde Ariza, la figura más destacada de la estirpe, cuya vida pública marcó la historia de La Guajira.
El nombre de José Eduardo Laborde Ariza trascendió fronteras locales: Senador de la República, Gobernador del Magdalena en nueve ocasiones, Intendente de La Guajira en 1923, vicecónsul de Francia en Riohacha, administrador de aduanas y delegado en la Constituyente de 1886. Su hoja de vida refleja la síntesis de sus dos raíces: la disciplina de su padre francés y la tradición de servicio y honor heredada de su madre, los Ariza Blanchar.
Casado con Lucrecia Pacheco Baquero, José Eduardo dio continuidad a esa herencia en una nueva generación: Víctor Manuel Pacheco Laborde, Nelly, Carmiña, José Francisco y Gonzalo Laborde Pacheco. Cada uno, en su tiempo y espacio, prolongó el legado de un apellido que se consolidó como referente en la historia guajira.
Más allá de los títulos y de las alianzas matrimoniales, lo que une a los Laborde Ariza con los Ariza Blanchar es una narrativa de encuentro y transformación. Fue allí, en la alianza entre José Laborde y Dolores Ariza Blanchar, donde se tejió la trama de una familia que no solo perpetuó apellidos, sino que encarnó la unión de dos mundos: el del extranjero que llegó con sueños de mar, y el de la tierra firme de San Juan del Cesar, cargada de raíces y memoria.
Y en esa fusión, que algunos verían como simple genealogía, se esconde un relato mayor: el de una familia que supo ser puente entre culturas, sostén de un territorio y protagonista de la historia guajira.
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