Por finiquitar el último periodo del Congreso y presidencia de Colombia.
Por Martín Nicolás Barros Choles
El tiempo vuela en oportunidad para aprovecharlo o dejar de apreciar y utilizar, en acciones positivas productivas, impulsando emprendimientos, renovaciones e innovaciones, antes de quedar descolorido, en blanco y negro, de tras de partidos politiqueros, sin dejar huellas, ni sembrar futuros, que sirvan para recordar autorías, de quienes gobiernan y nos representan, en los poderes ejecutivo y legislativo. El gobierno central y Congreso, ejerce con sede en Bogotá D C, por un periodo de cuatro años, iniciando y terminando. Uno el 20 de julio y el otro el 7 de agosto. Ambos se eligen y posesionan, de manera separadas, en distintas fechas.
Desde ya comienza los agites, contactos y diálogos, entre quienes quieren reelegirse, cambiar de corporación, de Cámara a Senado o viceversas sin ignorar aspirantes a candidatura presidencial. También buscan reubicaciones, saltando y cambiando de colores, como camaleones, en fichajes transables, de forma: clientelista y mercantilistas; que predomina en costumbres electorales, negociando, compraventas de electores, intermediados, por adquisiciones de líderes, que se venden como cualquier producto, en ferias de mercadeos, por carencia de dignidad, ausencia pensamientos político y desbordamiento de corrupción.
La corrupción se refleja en el modus viviente, con precariedad, abandono, saqueos, indiferencias, amasadas o ligadas con desatenciones e incumplimientos, de deberes, obligaciones y soluciones, apremiantes y emergentes, que nos hunden en pobreza y miseria; disparando violencia y sosiego social, por múltiples acciones delictivas, ejecutados por organizaciones criminales, desatadas, implementando, miedos y terror, con intimidaciones, persecuciones y ejecuciones de asesinatos horrorosos, generando inseguridad y pánicos colectivo popular, cuyas autoridades, se muestran impotente, para frenar operaciones delictivas, quedando las personas habitantes, a la derivas o bajos sometimientos, de órdenes y pretensiones delincuenciales, por falta de gobierno, que garanticen seguridad pública.
¿Qué resultado han arrojado las labores y gestiones, materializada, por el presidente y parlamentarios, durante el periodo elegido, de forma, individual y colectiva, en favor y beneficios generales, de quienes los eligieron? El sentido de la pregunta, es valorar de manera reflexiva, la continuidad representativa o en su defecto, la sustitución de quienes nos representan en el poder legislativo.
Es necesario que el constituyente primario en democracia, se haga valer en conciencia y no se dejen utilizar, poniendo en raya, la polarización, contradicciones y confusiones; concentradas en dos tendencias, que disputan el poder de mandato, las cuales se diferencian, de formas y color, pero en el fondo, practican y persiguen lo mismo objetivos, comprometidos en corrupción, con diferentes disfraces, manifestadas desde hace rato, en ejercicio de goberno, pero seguimos, sin seguridad, hastiado de violencia, desfalcos, sobornos, tráficos de intereses, engaños y estancamientos progresivos, por confrontaciones, agrestes, vulgares, injuriosas, calumniosa e irrespetuosas, fundamentadas en desinformaciones y manipulaciones, indignantes y perversas, adobada con hipocresía.
Muchos congresistas, tienen poco que mostrar durante este último periodo que finiquita, como ha ocurrido en otros periodos anteriores, proliferarando emociones de fanaticadas despistadas, vociferando como loros e incidiendo en: embrollos, ofensas, insultos y una serie, de fricciones, discusiones y acciones distractivas, originadas de las polarizaciones en crispadas, direccionadas a desviar asuntos de responsabilidad pública que atañen.
No concibo con el adagio popular, que expresa: “Es mejor uno malo conocido, que un bueno por conocer”. La expresión es una fundamentación dirigida a sumisión, resignación y conformismo, de debilidad, falta de vigor y temor; frente al mal social que padecen, atrofiando: evolución, transformación y cambios; naturales y tecnológicos, que frustran, personas de calidad, altruistas y progresistas.
El pueblo decide, si siguen reeligiendo malos conocidos o por el contrario, experimentarán, con nuevo aspirantes por conocer, analizado el origen de procedencia, decendencias, padrinazgos, firmeza personal y demás, antecedentes que no lo comprometan, en cuerpo ajeno.
Comenzaron los tramites en la Registraduría Nacional Estado Civil, de aspirantes a conformar integración de listas, avalada por bancadas políticas, con personería jurídicas y las respaldadas con firmas de grupo significativo ciudadanos, en comité participativo. Las inscripciones de listas, para las elecciones de Cámara de Representante y Senado, están agendadas y programadas, entre el 8 de noviembre hasta el 8 de diciembre 2025. La elección, se llevará acabo el 8 de marzo 2026.
Para el 26 de octubre del presente año, habrá consulta de selección de candidaturas, en algunos partidos y movimientos políticos, de manera individual y en alianzas, con otros partidos. Están inscrito en la Registraduría 17 partidos, que van a consultas, mencionados: Pacto Histórico, Centro Democrático, Alianza Verde, con Partido Liberal, Mais, Colombia Justa y Libre, entre otros. Por último, al final del año 2025, día 13 de diciembre, inicia las inscripciones de los candidatos a la presidencia, cuyo termino para inscribirse, vence el 31 de enero de 2026. La elección presidencial será en primera vuelta el 31 de mayo y segunda vuelta el 21 de junio 2026.
La condena al expresidente Álvaro Uribe Vélez, se convertirá en el “caballito de batalla” para descargar, odios, infamia, difamaciones, insultos, rencillas, amenazas y demás sentimientos negativos dañinos, utilizados por tendencias, de derecha e izquierda, en espectáculos grotesco y desastrosos, que riñen con la decencia y el respeto mutuos, que deben guardar y mantener las partes, en disputa de batallas o concurso democrático.
Para ponerle fin a la polarización y confrontaciones agresiva, lo mejor seria abrir nuevos caminos con candidatos diferentes, de las tendencias de izquierda, ni de derecha; para no tener que aguantar cuatro años de peleas, con odios enquistado y exacerbados, que de nada bueno nos sirve. Si los que venían gobernando, perdieron el mandato, debe ser porque el pueblo quería otra salida, facilitando una oportunidad por primera vez de gobernar, a la izquierda, pero si en el actual gobierno, no efectuaron lo prometido, ni apaciguaron los conflictos internos, políticos y bélicos, lo pertinente, seria no seguir como vamos, busquemos nuevas oportunidades y alternativas, antes que reversar o congelarse, con los mismos corruptos, enfrascados en ideologías.
Se necesitan gobernantes, que destraben y aperturen, espacios de dialogo y participación, sin diferencias excluyentes discriminatoria, que superen la polarización vigente, de izquierda y derecha, puedan entenderse con todos los sectores participativos, en armonía y cordialidad; sin inadversión, agresión, ni mucho menos insultos, en rivalidad.
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