Riohacha, 480 años: memoria, poblamiento y compromiso con el futuro
Una ciudad que se pobló antes de ser “fundada”.
Por: Wilson Rafael León Blanchar
En agosto de 2025, Riohacha conmemora 480 años de historia oficial. La fecha de 1545 se reconoce como su fundación, cuando recibió el nombre de Nuestra Señora Santa María de los Remedios del Río de la Hacha. Sin embargo, la verdadera historia de la capital guajira no comenzó en un día preciso: se fue tejiendo con procesos de poblamiento indígena, colonización española y migraciones de perleros, comerciantes y familias que llegaron desde distintos rincones del mundo.
Riohacha nació de la convergencia de culturas, intereses y rutas marítimas. Fue punto de encuentro y de disputa, puerto abierto al Caribe y a las Américas, y desde allí se proyectó como un nodo estratégico en la economía regional.
Una ciudad que se pobló antes de ser “fundada”
Mucho antes del acto oficial de 1545, comunidades indígenas ya habitaban estas tierras y conocían los secretos del mar. A mediados del siglo XVI, perleros que huían del agotamiento de los bancos de Cubagua se trasladaron primero al Cabo de la Vela y luego a la desembocadura del río Ranchería. Así se fue consolidando un espacio de intercambio, con tensiones y mezclas que dieron forma a la ciudad.
Hablar de Riohacha es reconocer que más que “fundada”, fue poblada y consolidada en el tiempo, producto de encuentros, resistencias y transformaciones que marcaron la historia del Caribe.
Puerto de riquezas y heridas ambientales
Durante más de tres siglos, el puerto de Riohacha fue puerta de salida de productos que enriquecieron a mercaderes y potencias extranjeras: perlas, sal, carbón, dividivi, cueros, ganado, algodón, tabaco. Entre los recursos forestales destacan el palo de Brasil y el ébano, maderas finas explotadas intensamente y cuyo desmonte contribuyó a la degradación del bosque seco tropical.
La bonanza de unos fue la pérdida de otros. Los ecosistemas de La Guajira quedaron marcados por la sobreexplotación, y buena parte de su diversidad desapareció en el afán mercantil.
480 años: entre celebración y responsabilidad
Hoy, la conmemoración de los 480 años no puede limitarse a discursos festivos. La historia invita también a asumir una responsabilidad histórica y ambiental.
Recordar con verdad: visibilizar no solo a quienes llegaron, sino también lo que se extrajo, lo que se perdió y quiénes fueron afectados.
Restaurar lo dañado: promover programas de reforestación con especies nativas como el palo de Brasil, el ébano y el dividivi; recuperar manglares y cuencas; y restaurar el bosque seco tropical.
Compartir responsabilidades: involucrar a instituciones, comunidades y hasta a los países y empresas que históricamente se beneficiaron de la riqueza guajira, para que apoyen proyectos de reparación y sostenibilidad.
Conclusión:
Riohacha no es solo un puerto histórico, es un crisol de culturas, un punto de encuentro que guarda la memoria de indígenas, europeos, levantinos y antillanos que le dieron identidad.
Que esta conmemoración de 480 años sea, entonces, un acto doble:
celebración de su diversidad cultural y su carácter resiliente,
y llamado a restaurar los ecosistemas que le dieron vida, para que la ciudad se proyecte hacia el futuro con justicia, sostenibilidad y dignidad.
Riohacha merece ser recordada no solo por su pasado glorioso, sino también por el compromiso que asuma con las generaciones venideras.
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