Ataques sicariales en Fonseca dejan dos muertos y un herido, una de las víctimas era un joven de 16 años
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| Richard Pinto Díaz y Amílcar Rafael Torrez López. |
Fonseca, La Guajira.- La tranquilidad previa a la tradicional noche de las velitas se rompió abruptamente en Fonseca el 7 de diciembre, cuando dos ataques armados ocurridos con minutos de diferencia dejaron dos personas muertas y un hombre herido. La comunidad quedó desconcertada ante la rapidez y brutalidad con que actuaron los responsables, quienes huyeron sin dejar rastro claro, aumentando la incertidumbre en los barrios afectados.
Los primeros hechos se registraron alrededor de las 2:30 de la tarde en la calle 25 con carrera 5 del barrio 12 de Octubre. Allí fueron atacados a tiros el adolescente Amílcar Rafael Torrez López, de 16 años, y José Luis Pineda Palomino, de 29. Testigos afirmaron que dos hombres en motocicleta se acercaron y dispararon sin pronunciar una sola palabra, dejando a ambos gravemente heridos ante la mirada atónita de los vecinos.
Segundo ataque golpea minutos después
Tras recibir atención inicial en el hospital San Agustín, las víctimas fueron remitidas a San Juan del Cesar debido a la gravedad de sus heridas. Minutos después, el joven Torrez López falleció como consecuencia de impactos letales. Su muerte sacudió al municipio, que lamentó que un menor quedara atrapado en un hecho violento de esta magnitud sin posibilidad alguna de defensa.
Mientras aún se procesaba este primer ataque, un segundo hecho a tiros se registró a las 3:10 de la tarde en la calle 27 con carrera 7B del barrio Cristo Rey, a pocas cuadras del sitio anterior. En el interior de una vivienda fue asesinado de varios disparos en el rostro Richard Pinto Díaz, conocido como ‘Gordo Corola’, de 31 años. La ejecución se dio con la misma modalidad: un hombre armado entró al inmueble y abrió fuego sin pronunciar palabra.
Autoridades investigan posibles conexiones
De acuerdo con reportes de la Sijín, Pinto Díaz tenía anotaciones judiciales por delitos como tráfico de estupefacientes, porte de armas, violencia intrafamiliar y amenazas. Además, había sido capturado en 2023 en un operativo de registro y allanamiento, quedando ese año con detención domiciliaria. Las autoridades analizan si su prontuario podría estar relacionado con el ataque y si existe conexión entre ambos hechos violentos.
El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) asumió los actos urgentes en los dos escenarios, recopilando testimonios y evidencias que permitan determinar si los ataques fueron ejecutados por los mismos agresores o si corresponden a dinámicas distintas dentro de la criminalidad local.
Mientras avanza la investigación, el miedo se instala entre los habitantes, quienes piden mayor presencia institucional y un esfuerzo coordinado para evitar que días destinados a la unión familiar sigan siendo opacados por la brutalidad armada que golpea al sur de La Guajira.


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