Fajardo al desnudo: La estrategia que nadie quiere decir, pero que todos sospechan
Por: Wilson Rafael León Blanchar
La política colombiana vive un reacomodo silencioso donde los discursos públicos dicen una cosa… y las estrategias internas dicen otra. En medio de ese ajedrez, Sergio Fajardo aparece como una ficha aparentemente débil, pero potencialmente decisiva. Y Álvaro Uribe, con la astucia política que lo caracteriza, ha dejado una puerta entreabierta que revela mucho más de lo que parece.
Este documento expone esa estrategia al detalle: las distancias aparentes, los cálculos reales, los escenarios electorales y los beneficios mutuos. En otras palabras: Fajardo sin maquillaje estratégico.
1. La distancia calculada: Fajardo se aleja del CD… pero no rompe el puente
Públicamente, Fajardo hace lo que cualquier candidato de centro haría frente a un partido desgastado:
Marca distancia.
Evita fotos, pactos y aproximaciones.
Repite el discurso del “centro independiente”.
Eso le permite mantener:
Votantes que rechazan el uribismo.
Imagen de neutralidad.
Espacios dentro de sectores académicos y urbanos.
Pero no insulta, no cierra la puerta, no rompe.
El puente existe — solo está cubierto de niebla.
2. El interés del Centro Democrático: Uribe abre la puerta, pero no compromete su capital
Álvaro Uribe ha insinuado una “gran coalición” que incluiría desde la derecha dura hasta sectores moderados. Dentro de esos moderados… aparece mencionado Fajardo.
¿Por qué?
El CD sabe que sus candidatos propios no garantizan segunda vuelta.
Necesita un rostro más aceptable para sectores urbanos.
Requiere un candidato que pueda enfrentar a un rival fuerte de izquierda.
Y Fajardo, para buena parte de la opinión, sigue siendo “menos conflictivo”.
Uribe no se casa con nadie hoy, pero deja la puerta abierta para quien despegue mañana.
3. El punto clave: si a Fajardo le va bien, el CD lo apoya
Esta es la esencia de la jugada.
Si Fajardo:
se fortalece en encuestas,
concentra voto de centro,
queda cerca del segundo lugar,
o se muestra competitivo en territorios clave…
El CD no quemará su capital en un candidato propio con pocas opciones.
Ya lo ha hecho antes:
Apoyó al mejor posicionado de su sector (Duque).
Se distanció cuando convenía (Santos).
Ha modificado sus alianzas según el viento político.
Para 2026, el movimiento sería similar:
👉 Si Fajardo es la opción viable, el CD lo empuja para llegar al balotaje.
4. Lo que gana Fajardo si recibe el apoyo del CD
Aunque públicamente lo rechaza, estratégicamente sería un impulso enorme:
Maquinaria electoral territorial.
Financiación y estructura.
Voto disciplinado del uribismo.
Alianzas con sectores empresariales.
Mayor probabilidad de entrar a segunda vuelta.
Sería presentado como:
“Una unión por el país, no por ideologías”.
Narrativa que ya le funcionó al uribismo — y también al centro — en ocasiones anteriores.
5. Lo que gana Uribe y el CD si apoyan a Fajardo
Para Uribe, es una jugada magistral:
Evita que llegue un gobierno que lo confronte judicialmente.
Mantiene influencia en el Ejecutivo.
Garantiza participación de su gente en ministerios clave.
Sobrevive políticamente con alguien “menos marcado” que sus propios candidatos.
Se presenta como estadista que respalda una fórmula moderada.
Para el CD, es una tabla de salvación:
No se arriesga a una derrota.
Se mezcla con centro para suavizar su imagen.
Mantiene curules y cuotas.
En resumen:
👉 Ganan poder con rostro ajeno.
6. Las señales que confirmarían que se acerca un pacto Fajardo–CD
Estas serían señales claras de que ese apoyo está cerca:
Fajardo sube a 12–15% en encuestas.
El CD evita atacar a Fajardo y se enfoca solo en el rival de izquierda.
El discurso del “pacto por la estabilidad” aparece en ambos lados.
El CD comienza a hablar de “unidad amplia sin vetos”.
Fajardo no critica al CD, solo dice que “cada sector debe aportar”.
Si esas condiciones se dan, la alianza es prácticamente inevitable.
7. Escenarios electorales
Escenario A: Fajardo sube fuerte
El CD lo apoya.
Él recibe votos moderados y conservadores.
Pasa a segunda vuelta.
Uribe queda como aliado, no como protagonista.
Resultado: ambos ganan.
Escenario B: Fajardo no despega
El CD apuesta por su candidata tradicional.
El centro se fragmenta.
Resultado: no hay alianza real.
Escenario C: Colapso de la derecha
Fajardo se vuelve alternativa de consenso.
El CD se acerca incluso con más fuerza.
Resultado: Fajardo se vuelve figura necesaria.
8. Conclusión general: la jugada está servida
Fajardo juega a ser independiente.
Uribe juega a ser incluyente.
Cada uno espera el momento preciso para moverse.
Y el país, como siempre, observa discursos opuestos que esconden estrategias convergentes.
Si Fajardo crece, el CD lo apoyará.
Y si el CD lo apoya, Fajardo llegará a donde nunca ha podido llegar solo.
La jugada, vista desde afuera, es simple:
Distancia pública, beneficio privado.
Negación hoy, alianza mañana.
Y si todo sale bien… moñona para ambos.


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