Cachacos déjennos en paz

Por: Pedro Arteta Bonivento.

Ojala y este humilde columnista tuviera un poder para hacer que todos los habitantes de la guajira hicieran lectura de lo que a continuación relatare.

La guajira en diferentes épocas ha vivido diferentes bonanzas y estas como todo proceso tienen su fin. Hoy vivimos la bonanza de las regalías, compensaciones estas que deberían pagar a estas regiones las empresas que extraen nuestros recursos mineros y que gracias a una decisión del presidente Santos y apoyadas por la aplanadora de las mayorías en el congreso de la república fueron literalmente cercenadas de las alcaldías y gobernaciones para ser manipuladas por los cachacos en la fría capital.
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Los guajiros de una u otra forma hemos sobrevivido sin la ayuda del gobierno, ya que nuestra posición geográfica nos daba la oportunidad de tener comida y gasolina a bajo precio por ser vecinos de Venezuela, nuestros indígenas aprovechaban esta situación para tener casi que un libre transito comercial en estos dos países, paliando lo que el gobierno colombiano no les solventaba. De igual manera los sureños dedicaban sus esfuerzos a la  ganadería y a la siembra logrando con esto mejorar su calidad de vida.

Hoy alcaldes y gobernadores no duermen pensando como cumplirle a la comunidad las promesas hechas en campañas, y todo por que un grupo de amigos en Bogotá decidieron llevarse nuestros recursos de regalías, bajo el sofisma de una corrupción que ellos no son ausentes, y lo mas triste de todo esto es que estos maquiavélicos personajes del alto gobierno visitan nuestra Guajira y nosotros nos desvivimos por atenderlos, llenándoles el buche de la mejor comida típica, brindándoles el mejor whisky y hasta porque no presentándole una chica que les haga el momento inolvidable a la orilla del mar. Logrando con todo esto mostrar poca dignidad y compromiso con nuestra región y nuestros problemas, premiando a congresistas, magistrados  y ministros,  quienes a la intimidad de sus amigos nos calibraran como idiotas útiles.

Así pues que desde este humilde pero sincero escrito les exigimos a nuestros racistas cachacos residentes del centro de Colombia que nunca nos han bajado de corronchos, negros, indios e ignorantes, que no den mas permisos para desbastar nuestros selvas, que no apoyen mas a las multinacionales para que nos desvíen nuestros ríos, que no exploten mas nuestras minas de carbón, que no saquen mas gas de las entrañas de nuestros mares, que no apoyen mas a las multinacionales dándoles prebendas y excepciones para quedarse con el dinero de las regiones, que nos dejen vivir en paz,  pobres,  pero sin contaminación y oportunidades.

Amanecerá y veremos.