COMO VA LA ALCADIA DE RIOHACHA.

Si bien es cierto que la administración Ceballos ha enfocado sus proyectos en base a la recuperación de deudas adquiridas en anteriores administraciones y la imposición de impuestos avalados por un desgastado grupo de concejales, también es real que este gobierno ha empleado como estrategia el acompañamiento por parte de la prensa hablada y escrita para hacer “boon” a lo supuestamente gestionado, generando expectativa y esperanza en toda la comunidad. Pareciera ser que que toda decisión estuviera bendecida por la suerte y la certeza, pues al interior del recinto del consejo municipal no existe una voz que contradiga lo omnipotentemente decidido por el alcalde. Muy a pesar que esta administración se ha sostenido en los primeros lugares a nivel nacional, Riohacha sigue padeciendo lo de siempre, un colapsado y mal rediseñado sistema de acueducto y alcantarillado, unido a un nunca organizado plan de manejo de residuos sólidos y para rematar un ineficiente, oneroso servicio de energía eléctrica atropella cualquier indicio de prosperidad y bienestar en esta capital. Sumémosle a esto el problema con los vendedores estacionarios y el poco o nulo control que se tiene de la avenida la primera utilizada por propios y extraños como letrina pública. Creemos y estamos de acuerdo que las gestiones, compromisos y obras ejecutadas en cada gobierno deben ser informadas a toda la comunidad, ni mas faltaba, en lo que no debe rallar la administración Ceballos es en proclamar movimientos administrativos de orden político que solo son gestiones y nada más, generando con esto falsas expectativas sobre quien de una u otra manera dirige los destinos de esta cálida capital guajira. Estoy convencido que las encuestas sobre la favorabilidad de un alcalde se están midiendo mediante una expectativa de un gobierno regularmente organizado, pero con mucho por hacer y realmente mostrar, no maquillar, donde al compás de los anteriores pésimos gobiernos, se traduce, que cuando nunca se mostró nada, en tierra de ciegos el tuerto es Rey. Amanecerá y veremos: Pedro Arteta Bonivento