La intervención tiene malos antecedentes

EL REMEDIO ES PEOR QUE LA MEDICINA.
Por: Cartas de los lectores

El desastre educativo del Chocó


Durante el gobierno del presidente Uribe se intervinieron la salud y la educación en el Chocó, pero como dice el refrán, resultó peor el remedio que la enfermedad.
En el caso de la salud, con la intervención se multiplicaron los niveles de ineficiencia y de corrupción, porque desde Bogotá, Cali y Manizales se estructuraron unas mafias de cuello blanco del uribismo que saquearon los recursos de la salud hasta el extremo que no quedó otra salida que liquidar el Servicio Seccional de Salud.
Varios personajes involucrados en las oscuras cadenas de corrupción con los dineros de la salud han caído acribillados por balas asesinas en las calles de varias ciudades, otros purgan condenas por concierto para delinquir. El resultado final del desastre administrativo de la salud en el Chocó se traduce en una red hospitalario en ruinas, la multiplicación de los paseos de la muerte y una atención cada vez peor.
Ahora, si por los lados de la salud el panorama es tan desolador, por los lados de la educación pasa de castaño oscuro, en medio de una creciente incertidumbre por los desastrosos niveles académicos que registran las instituciones educativas chocoanas. La intervención de la educación en el Chocó, en opinión de varios expertos, es desastrosa porque deja un panorama lánguido de ineficiencia y de decrecimiento de los niveles educativos. El Chocó en materia educativa cabalga hacia el fango y amerita que la ministra Gina Parody realice un revolcón.
La intervención se ha convertido en un lucrativo negocio electoral para unos políticos vallecaucanos que la han transformado en un nido burocrático. En el Chocó como en otros departamentos se ha crecido en cobertura y en algunos casos existen modernas instalaciones locativas, pero el nivel educativo decrece.
El Chocó ocupó el último lugar entre los 32 departamentos con solo un 8% de estudiantes en los puestos 1 a 400 en el examen de Estado. Cifra que no sólo representa un retroceso en relación con los años anteriores, sino una muestra de la creciente deficiencia del nivel educativo.
En 2009 el Ministerio de Educación decidió intervenir la Secretaría de Educación del Chocó debido a la corrupción y el caos administrativo: se afrontaban una deuda de $37 mil millones y embargos por $ 72 mil millones. La medida cautelar fue nombrar como interventor temporal a José Martín Hincapié Álvarez, un abogado vallecaucano que solo acreditaba como experiencia haber sido secretario del Educación del municipio de Tuluá. Su nombramiento fue una movida de políticos uribistas del Valle, quienes lograron que el Gobierno les entregara de mermelada el control de los recursos para el saneamiento de la educación chocoana. De paso convirtieron la Secretaría de Educación del Chocó en un fortín burocrático direccionado desde Cali.
José E. Mosquera. Bogotá.

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