COMPENDIO HISTÓRICO DE VILLANUEVA

hoyennoticia.com, COMPENDIO HISTÓRICO DE VILLANUEVA
COLUMNISTA.

HERNÁN BAQUERO BRACHO

Nos remontamos a Villanueva en el año de 1530, que todavía no tenía el nombre actual, era una aldea poblada por indígenas; pero tal como lo establece en su libro “Anales del Magdalena”, el escritor Manuel Lanao, en la página 168 sobre fundaciones de varios pueblos: “1562 Villanueva- Ranchería de indios Itotos elevada a la categoría de parroquia. Fue la primera ranchería por donde pasaron por estas tierras los conquistadores en 1530: el último cacique de los Itotos se llamó Eusebio Canopan, de quien descienden familias notables de Villanueva, como son Los Cabello López, destacándose Canopan y Leandro, chorlitos del cacique Canopan. Las tribus tenían residencia en una colina, donde quedaban las culatillas, en el predio hoy propiedad del ingeniero Enrique Daza Peñaloza. Todo esto también está corroborado en el libro “Historia General de Conquistas del Nuevo Reyno de Granada” de Lucas Fernández Piedrahita  y en la página 76, establece que el “teniente Capitán Vanegas salió en el año de 1530 y atravesó la tierra de los Itotos (asentamientos indígenas ya poblados, donde hoy queda Villanueva), que pertenecía a  la gobernación de Santa Marta, matando, robando y lo más monstruoso, quemando sus poblaciones”.

Una vez que los españoles fundaron a Villanueva en el año de 1562, a través del encomendero Luis de Villanueva – hay un error histórico, porque el también encomendero Roque Matías de Alba, llegó a Villanueva en el año de 1698, como lo expresa en la historia de España, que llegó al pueblo Santo Tomás de Villanueva - llegaron los misioneros dominicos Fray Luis de Vero, Fray Gerónimo Barros y Fray Diego Javier en el año de 1567, a evangelizar las tribus de los Itotos hasta el año de 1569, sin verificar   que también estuvo San Luis Beltrán. La presencia de los españoles fue tal que en el año de 1640 Don Pedro Zambrano, caballero de los oficiales reales, teniente de la gobernación de Valledupar, trazó las acequias que teníamos y que por motivos de salubridad pública fueron cerradas en el año de 1942, historia ésta, que quedó escrita en la primera monografía de Villanueva realizada por el maestro Rafael Antonio Amaya y por el notario de la época Manuel Fernández Frías. De igual manera los datos históricos de esa época también están consignados en las memorias que dejó el Presbítero  Padre Daza, o como era su nombre Silvestre Leoncio Daza quien a decir verdad fue el primero que hizo una monografía de Villanueva, que reposaba en la biblioteca personal del maestro Rafael Antonio Amaya; allí estaban todas las connotaciones históricas de lo que sucedió de los años 1600 en adelante y del siglo XVII y que también fueron consignadas en el periódico que editaba el Padre Daza  hacia finales de los años 1800 “El Trabajo” y la historia de Villanueva continuó de la mano de sus sobrinos Manuel María Lacouture Daza y Manuel María Dangond Daza con el tabloide “Ecos de la Sierra Negra”, tabloide que estuvo vigente hasta principios de los años 1900.

De igual manera el científico francés Eliseo Reclus en su libro “Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta” dejó constancia cuando vino a Villanueva por recomendación de unos franceses apellidos Dangond que un pariente suyo vivía en estas tierras como lo fue el líder de este pueblo Francisco “Musiú” Dangond en las calendas de los años de 1840 a 1868. Allí el científico francés dejó escrito como era la Villanueva de ese entonces de las acequias, de los canales de irrigación, de lo que era la Sierra Negra y los cultivos de café del plantador de esa época “Musiú” Dangond, quien cultivaba 80 hectáreas de café, y había un sembrado de más de cien mil pies de ese grano que cubrían un plantado de seiscientas mil matas de café que producían trecientos mil kilogramos de fruta y expresaba también de las riquezas de la Sierra Negra de minas de cobre y que las montañas estaban cubiertas de venas salpicadas de verde azul, escribía también sobre el colorido de sus casas todas de amarillo.

De igual manera en el libro “Episodios Históricos del Cesar” del historiador vallenato de origen villanuevero Álvaro Castro Socarras dejó expresado de los hechos que ocurrieron en el año de 1813 cuando el cacique Canopan derrotó a los españoles y se remonta también por otro historiador vallenato Pedro Castro Trespalacios en su obra “Culturas Aborígenes Cesarenses e Independencia de Valle de Upar” en la página 94 habla de lo valeroso que fue el cacique Eusebio Canopan y del aporte que hizo a la independencia. Así como también el libro “Recueros de la Guerra de los Mil Días” escrito por el general Sabas Silvestre Socarras, abuelo de Álvaro Castro y escrito en el año de 1935 donde daba cuenta de esta guerra fratricida y en ella se enfilaron villanueveros de valía como el coronel Leandro Cabello con sus dos hijos, José María de 18 años y Laudelino de 16, Ramón y Vicente Dávila y Maximiliano Sánchez, y un gran compañero que tuvo el general Socarras como fue el general Miguel Ramírez, natural de Camarones y quien tuvo una hija en Villanueva llamada Feliciana Ramírez, madre de mi padrino ya fallecido Miguel Ramírez Maestre (padre de mis amigos Rober, Miguel y Hernán, El Negrito), y el general murió en la más completa miseria exiliado en Panamá y perseguido por sus mismos compañeros de lucha.

Esta es pues parte de la historia condensada de nuestra Villanueva, la Villanueva histórica que desde el año 1530 ya estaba poblado por nuestros antepasados como fueron los aborígenes Itotos, que también se conjuga con las diferentes monografías que ha hecho de Villanueva el historiador Azael de Jesús Ramírez Sánchez, quien merece todos los aplausos por el aporte a la historia de Villanueva.

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