EL MODELO ECONÓMICO CENTRALISTA QUE NOS IMPUSIERON

COLUMNISTA

HERNÁN BAQUERO BRACHO

La Guajira que como es de todos conocidos, fue creada institucionalmente el 1 de Julio de 1965, bajo el liderazgo de aquel aguerrido líder samario José Ignacio “Nacho” Vives Echeverría. Entre otras cosas he ahí también la raíz de nuestros males. Mientras nuestro recién creado departamento era manejado con todo el respeto por este personaje, el Cesar que también fue creado en la misma época, llegó como gobernador el expresidente Alfonso López Michelsen, quien se empoderó no sólo de su departamento si no de su gente y lo jalonó de mejor manera y de ahí que el Cesar y Valledupar se dispararon en progreso y La Guajira en cambio se eclipsó. 

Desde ese año hasta la década de los 70, el modelo económico que predominó fue el “modelo centralista”, de ahí en adelante con las explotaciones gasíferas y carboníferas, el modelo económico que ha predominado es el de una economía de enclave y con este modelo impuesto también por el gobierno central, la economía departamental ha colapsado y por ende nos eclipsó de poder tener un modelo de desarrollo productivo e industrial, que nos hubiera sacado del ostracismo cuando La Guajira se formó institucionalmente como departamento. 

Pero ¿Qué es una economía de enclave?  Se denomina economía de enclave a un modelo económico donde, en un mercado globalizado, se localizan actividades productivas en países subdesarrollados destinadas a la exportación y sin integrarse en el mercado local. El término ha sido ampliamente usado para describir relaciones postcoloniales de dependencia en países en desarrollo, especialmente en América latina. Se suele mencionar como parte de modelos más amplios como la teoría de la dependencia que fueron muy populares en las décadas de 1960 y 1970. Suele ser asociado al marxismo debido a las obras de Paul Baran y Theontonio Dos Santos, aunque los vínculos a la teoría marxista clásica son tenues.

En la aplicación de esta economía de enclave, el gobierno nacional ha tenido mucho que ver, cuando se iniciaron las explotaciones gasíferas y carboníferas y luego la entrada del “Boom” de estos recursos naturales, que le han generado el mayor ingreso percápita por concepto de regalías al país, y por decirlo de una manera, al no tener una dirección acertada y una prevención especialmente en las explotaciones carboníferas, donde no se preparó al sector salud y mucho menos la adecuación de las infraestructuras físicas de los hospitales en el departamento, para tener un plan de contingencia con los efectos colaterales que tendrían nuestros técnicos y operadores de maquinaria pesada de El Cerrejón y poder así contrarrestar los daños físicos y psicológicos como en efecto ha venido sucediendo y por ejemplo la parte sicológica de los operadores mineros la combatían a base de tragos en sus días de descanso, cuando se inició la operación del Cerrejón Zona Norte y hoy al no preverse a tiempo de un verdadero plan de contingencia, lo que ha venido sucediendo es que cientos de operadores  se encuentran no aptos para continuar en sus labores en la operación minera. Es de anotar que hoy Carbones del Cerrejón, ha venido previendo estas situaciones que se dieron en más de dos décadas y media.

El otro factor negativo que ha influido en el desarrollo de La Guajira, con esta economía de enclave es que no se proyectaron las cadenas productivas de los insumos que iba a necesitar la operación minera en la parte industrial y productiva y lo más nefasto fue la entrada de miles de millones de pesos, que se convirtieron en más de 8 billones de pesos que ha recibido La Guajira por concepto de regalías, donde no hubo una verdadera planeación y mucho menos, un acertado  control en el manejo de esa regalías y fue cuando se disparó la corrupción de manera alarmante, con la complicidad de los dirigentes guajiros y de las comunidades en general y hoy estamos pagando las consecuencias, al no establecer un verdadero modelo económico por parte del gobierno nacional. Como quien dice La Guajira en tantos años de la bonanza gasífera y carbonífera, estuvo al “garete” y grandes obras que podrían haber sido apalancadas no se hicieron y menos hicimos grandes alianzas con la industria del país, que hoy estaría el departamento recibiendo otra bonanza por la buena inversión de sus regalías.

Este modelo productivo ha presentado una disyuntiva, pues si bien sirve para atraer capitales e inversiones al país y mejorar la balanza comercial, genera una dependencia de mercados extranjeros, lo que ha sido perjudicial en el largo plazo, como en efecto está ocurriendo no solo para la viabilidad económica del país si no para la misma viabilidad económica de la región, que en este caso ha sido La Guajira.