¿Para que la diplomacia?
Por Martín Nicolás Barros Choles
La diplomacia es
la ciencia que estudia las relaciones, internacionales y los intereses, entre
naciones. La importancia del objeto diplomático, radica en la versatilidad, de
las funciones que desempeñan quienes ejercen como agentes o agregados
diplomáticos, en torno a las misiones y gestiones que ordenen desde la Cancillería.
De aquí parte el concepto que define e identifica el termino diplomacia, que
puede ser, directa, bilateral o multilateral.
En Colombia, se
maneja una diplomacia, de consolación y complacencias, en comodines
politiqueros, distantes del objeto, generales y especiales, que la caracteriza.
Los cargos diplomáticos, están siendo utilizado, para veranear, emprender
estudios académicos o ajustar pensiones, entre tantos beneficios personales
aprovechados, con ocasión en la designación.
Colombia tiene 65
Embajadas y más de un centenar de consulados, con mayor cantidad en Venezuela y
EE.UU, que le cuesta más de 10 millones de dólares mensuales, del presupuesto
nacional en equivalente a medio billón de pesos anual, que no es mucho,
comparado con otras naciones, que invierten en negocios diplomáticos. ¿Pero qué
resultados arrojan esos funcionarios de embajadas y consulados, en beneficio
nacional? ¿Apostillar y autenticar documentos y atender situaciones
particulares de nativos en el exterior? La diplomacia debe percibirse en
intereses, materializados con intercambios: cultural, artístico, comercial,
deportivos, militar y en general de servicios; que sean de utilidad y
beneficios mutuos. Si 30 de 65 embajadas, reportaran anualmente, relaciones de
hechos relevantes, diferentes de tramites rutinarios, positivos para Colombia,
fuera magnifico y meritorio. ¿Que reportan?
De nada sirve
utilizar los cargos diplomáticos, para pagar favores políticos, cuotas
correspondientes a partidos, que postulan para que ocupen esos cargos, algunos
de los que no salieron triunfantes en listas o se ahogaron, para que lo
nombren, por un término de cinco años. Nada más, para que devenguen salarios
bien pago, conozca y disfrute en otros país, a costa de Estado, halagando
interés personal.
La diplomacia es
la fortaleza exterior de una nación, tendiente a cumplir misiones a través de
sus agentes diplomáticos, diferentes a funciones burócratas administrativos,
para efecto de negociar, promover, ofertar servicios y apoyarse, mediante
acuerdos y convenios, en celebraciones contractuales y eventos internacionales.
La administración
del nuevo presidente Gustavo Petro Urrego, debe colocar la diplomacia en su
lugar, con mejor trato y adecuación, para que sea efectiva, activándolas, en programas
y relaciones: humana, comerciales, culturales, de servicios y finanzas;
implementando correlaciones, que garanticen: confianza y seguridad, en la
política de mercadeos, ofertas y demandas, para exportar e importar. Las
naciones pueden celebrar convenios de servicio laboral, temporales o
permanente, ofreciendo personal, técnico, profesional, auxiliares y servicios
varios; a naciones que los necesiten. De igual forma, con las compra-ventas, de
productos, artículos y servicios.
En Alemania está solicitando con urgencia personal
dentistas, para la elaboración de piezas dentales que requieren odontólogos. En
Colombia, debemos tener muchos y algunos sin trabajo, pero nos encontramos
desconectados con el mundo exterior. EE.UU oferta cuatro millones, en puestos
de trabajo. Igual, hay ofertas en Canadá, Italia y naciones europeas. Se necesita designar muchos agentes
diplomáticos, en diferentes frentes y distintas acciones, misiones y
operaciones, de: productividad, competitiva y repercusiones positivas. Una
diplomacia pasiva e ineficiente, debe ser aburrida, aun cuando gocen, de
eventualidad social, cocteles e invitaciones privadas.
El TLC es la
muestra de cómo nos quedamos relegados en la competencia comercial, que nos ha
llevado al desajuste y quiebra, por causas de volúmenes de importaciones de
productos subsidiados y falta de orientaciones informativas, para prevenciones,
apoyos, defensa y direccionamientos. La invasión de productos con precios más
bajos, desmotivaron la producción interna, sobre todos, la agrícola. Aunque los
precios se han disparados, con el cambio de moneda, los productos importados,
no tienen competencias, que espanten y preocupen.
No podemos tener diplomacia, de “corbata” y ocioso, minimizada o sin gran valor. Se requiere de actualización y gestión, diplomática con perfil móvil, materializado, en compromisos, consolidaciones, conexiones y balances; de resultados anuales proyectados, que constituyan fuentes de incrementos económicos, para la nación o sirva de transformaciones, en estilos, tradiciones y costumbres. No desperdicien y aprovéchese, las buenas relaciones internacionales, en asuntos: políticos, cultural, turístico, industrial, laboral, académico, comercial etc.
No hay comentarios.:
SU OPINIÓN ES MUY IMPORTANTE