¿Con producciones de armas como erradicar el terrorismo?
Por Martín Nicolas Barros Choles.
Para erradicar el terrorismo, primero las
naciones productoras de armas deben frenar y limitar, la industria militar. El
solo uso de armas genera terror, indiferentemente de quienes las utilicen,
ejércitos de Estados, organizaciones criminales, al margen de la ley o en
personas particulares. ¿Para qué sirven las armas? ¿Para intimidar, someter,
provocar conflictos, guerras, herir y asesinar personas? ¿O para que más sirven?
¿Hasta donde vamos a llegar, soportando:
sometimientos, secuestros, extorciones y abusos con el derecho de libertad? ¿Para que calificar de terroristas grupos
armados clandestinos, cuando están en igual condiciones, de naciones vendedoras
de armas? Tanto los que venden y compran armas, están implícito en terrorismo.
¿Será imposible vivir en este mundo en paz,
por causa de los negocios de armas? Apoyar y atizar conflictos bélicos y
guerras, se constituye en cómplices, de barbarie y destrucción humana, como
está ocurriendo a los Estados Unidos, por insinuaciones e intervenciones
directas en las mismas, obligando a muchas naciones aleadas, que los apoyen de
manera incondicional, sin medir consecuencias, de los resultados devastadores,
de ejecuciones armadas, que comprometen responsabilidad y se exponen a
venganza, por participación en conflictos, aun cuando haya sido de manera
pasivo.
No ha sido suficiente observar destrucciones
últimamente, en la guerra de Ucrania y Rusia, que nada se hace para que
termine, si no que mas bien se impulsan la continuidad, sin considerar, ni
valorar, los peligros y daños, contra las personas y medios ambiente, por las
constantes operaciones de bombardeos mutuos.
Ahora inicia otro estallido, causado por
organización armada ilegal, Hamás, que se volcó al desierto, donde se llevaba a
cabo un concierto de música electrónica, en la que participaban muchas personas,
no solo nativos de Israel, sino de otros lugares del planeta tierra, que
habitan las colonias del territorio israelí. Asesinaron más de mil doscientas
personas, entre las víctimas murieron dos colombianos y 41 americanos. También
murieron, europeos y de América Latina, causando unas masacres cuestionables. Los
responsables justifican represiones, acosos, limitaciones y expulsiones en sus
territorios de origen, para destinarlo a construcciones en proyectos
urbanísticos inmobiliarios colonial, para venderlos a extranjeros, interesado
en vivir en Israel.
Las reacciones de Israel fueron inmediatas, en
bombardear el Estado Palestino, en la Franja de Gaza, disparando misiles y
cohetes, de manera indiscriminadas, no solo a los objetivos militares de Hamás,
si no contra todas las personas inocentes, que residen en la Franja de Gaza, víctimas
de un holocausto, confinando a sobrevivientes, a permanecer acorralados, sin
salida, con cortes de agua, energías, ni dejando llegar ingresos de alimentos.
De otro lado ordenó habitantes del sur de la de Gaza, desalojaran vivienda con
amenazas de ataques, sise resisten salir, direccionándolo, al desierto del
Monte Sinaí. Pero lo mas grave que cometió Israel, fue bombardear el hospital,
de franja de Gaza, donde murieron unas 500 personas, enfermas, heridas y
operadores de salud, médicos, enfermeras, camilleros aseadores etc. Insólito
evadir los judíos sunitas, la responsabilidad por lanzamientos de misiles al
hospital, atribuyéndoselo de mala fe, a aleados a Hamás, con poca credibilidad,
en la sindicación, a excepción de Estado Unidos, frente al repudio
internacional y rechazo popular, con manifestaciones callejeras.
Tanto
las acciones de Hamás, como las del ejercito israelíes, son rechazables, por
criminales de lesa humanidad. Hasta hora, los dos hechos, suman más de tres mil
muertos, se contabilizan 1030 niños, de nacionalidad palestina, unos 15 mil
herido y medio millón de Palestinos, quedando a las intemperies, por
destrucción de sus hogares, en estado de insolvencias y precariedad. No se debe
cuestionar a una sola del parte, ni justificar venganzas, respondiendo a las
agresiones, con las mismas o peores atrocidades, masacrando la vida humana, de
personas inocentes.
Es indescifrable interpretar, que la
descendencia de los hijos del patriarca y profeta, Abrahán, que se ubicaron en
los territorios habitados hoy en día, como Jerusalén, Gaza, Aman, Belén,
Jordania, Egipto, Líbano, Siria, Palestina, Irán e Irak; practicando religiones:
judaísmo, Islán y catolicismo, entre árabes, palestinos y cristianos; que se
han enfrascado y desatados, en disputas, conflictos y guerra; en la tierra
santa donde nació Jesucristo.
A Israel, se reconoció como estado después de la segundo mundial y el holocausto nazi, en el 1948, donde fueron perseguido e inmolado, por el ejército alemán, a cargo de Adolfo Hitler, criminal que quiso exterminar los judíos que estaba esparcidos, en Europa, Norte América y otros territorios; donde ejercían actividades de comercio y negocios, fuera de sus lugares de origen, al que les tocó, retornar para asentarse y constituir un estado propio, ubicado en desierto, que lo representaran a titulo de nación. Algunos israelíes judíos niegan la existencia, del referenciado estado y considera que existen tres clases de judíos, musulmanes, palestinos y cristianos; que difieren entre sí, por motivos sectarios religiosos, que causalmente inciden en los problemas y generan las guerras santas.
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