Señores de Air-e y Afinia eviten una rebelión
El dilema de los costeños: 'Pagar la factura de la energía y no comer o comer y no pagar el servicio'
Por Luis Mora Domínguez.
Las últimas décadas en
materia de energía eléctrica en la Costa Caribe colombiana, se han
caracterizado por estar en manos de empresas que oprimen al máximo el bolsillo
de sus usuarios.
Tal es el caso de la extinta
Electricaribe, la cual luego de varias décadas de quejas y reclamos de los
usuarios, debió ser reemplazada por las empresas Air-e y Afinia, pertenecientes
al Grupo Económico EPM.
La alegría de los
costeños cuando se oficializó la salida de Electricaribe y la llegada de las
citadas empresas que hoy suministran la energía en el norte colombiano, duró
muy poco. Hoy toda la población afirma que “fue peor la medicina que la
enfermedad”.
Y es que los altos
costos de las tarifas de energía, obligan al usuario a disminuir o a tomar los recursos
antes destinados para la adquisición de los productos de la canasta familiar,
para poder pagar la facturación por la prestación del servicio de energía.
En otras palabras, la
gente está dejando de comer, para pagar la factura de la luz.
Al asalto del bolsillo
del usuario de Air-e o de Afinia, la población debe estar sometida a constantes
apagones, equivocaciones en la facturación y dedicar su tiempo para llegar
hasta las oficinas de reclamos, para lograr que le sea arreglada o corregida su
factura, por lo cual la gente del Caribe colombiano está soportando un servicio
demasiado costoso.
Un ejemplo reciente del
cobro desmedido, se dio este diciembre, cuando una familia se fue de
vacaciones, dejó la casa cerrada y bajó los tacos de la caja de breaker, para
evitar así cualquier fuga de energía.
Luego de casi un mes de
vacaciones, la facturación que le llegó fue por un monto superior, al mes
anterior, cuando los miembros de la familia, estaban en su residencia.
¿Quién entiende tan desmedido exabrupto?
Las oficinas de
atención al público de Ari-e y de Afinia, permanecen atestadas de personas haciendo
todo tipo de reclamos, a los cuales en su mayoría los empleados de dichas
dependencias, se limitan en el mejor de los casos a decirle a los querellantes
que pasen un derecho de petición, o simplemente que paguen, para poder hacer el
reclamo.
Mientras el pueblo
costeño se debate en la agonía de pagar una tarifa que mensualmente se
incrementa, las herramientas para ponerle freno a tan desmedido abuso, se
quedaron sin dientes.
El mismo presidente de
la República, Gustavo Petro Urrego solicitó la intervención de la CREG, entidad
que regula las tarifas de energía en el país.
Nadie entiende ¿por qué
el usuario del interior del país, tiene el privilegio de pagar el kilovatio
hora más barato que el costeño y por qué mensualmente sube este valor?
A principios del año
2023, el ex ministro de Minas y Energía, Amylkar Acosta Medina, había dado un
campanazo de alerta sobre la situación que se avecinaba para el pueblo costeño
en esta materia.
Las autoridades civiles
en el departamento del Atlántico, también se pronunciaron y propusieron
acciones para evitar, la situación que actualmente está sucediendo con las
tarifas de la energía, pero todos los esfuerzos han sido en vano.
Es verdad que la CREG,
es la entidad que regula, que pone los parámetros, a las empresas prestadoras
del suministro de energía, pero, es potestativo de estas empresas, si utilizan
el mayor, el mediano o el menor porcentaje que autoriza la CREG.
Tanto los usuarios de
la empresa Air-e en los departamentos de La Guajira, Atlántico y Magdalena,
como los de Afinia, que opera en el resto de departamentos del norte
colombiano, se sienten metidos en una olla de presión, a punto de estallar.
Miran con impotencia cómo
les cambian sin autorización sus medidores, por un aparato que así usted tenga
todos los aparatos eléctricos apagados, este sigue mostrando un bombillito rojo
que indica, que dicho contador está marcando consumo y acumulando kilovatios
horas, que en verdad no se están consumiendo.
Siendo receptivos con
la población, especialmente con las clases bajas y medias que son las más
afectadas y como usuarios del servicio de energía de La Guajira, tenemos que
hacer un llamado a las directivas de dichas empresas.
Como se dice en el
argot popular, tanto va el cántaro al agua, que algún día se rompe, señores de
Air-e y Afinia, están matando a la gallina de los huevos de oro... pero la
gente se va a cansar de dejar de comer, para pagar las altas tarifas de
energía.
En otras palabras: el pueblo está que ya no aguanta más, eviten que el pueblo se subleve, eviten que haya una alteración del orden público de proporciones inimaginables en los siete departamentos de la Costa Norte de Colombia.
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