Donde Nace el Amor
Por: Wilson Rafael León Blanchar.
Benditas las mujeres que dan de mamar,
que abren su pecho como quien abre el alma
para que la vida comience a andar
entre leche tibia y canción en calma.
Benditas por su forma de cuidar,
por su ternura sin ningún contrato,
por el modo en que saben consolar
con solo un abrazo o un relato.
Ellas nos dieron la luz primera,
nos enseñaron el paso y el tropiezo,
nos arrullaron de aquella manera
que uno recuerda aún con los huesos.
Son río, refugio, son casa y camino,
manos que abrigan y nunca se van,
ojos que entienden sin pedir destino,
voz que nos nombra y nos da el pan.
Por cada noche en vela y en silencio,
por cada miedo que supieron calmar,
por su constancia, su entrega, su aliento…
benditas sean por saber amar.
Madres del mundo, tan fuertes, tan bellas,
ustedes son un milagro sin final,
porque en el pecho donde acunan estrellas,
late el amor más puro y real.
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