S. Marulanda hace recomendaciones a Minsalud
Riohacha, marzo 18 de 2017. El ex Secretario de Salud de La Guajira, Stevenson Marulanda Plata, en carta abierta al Ministro Alejandro Gaviria, formula un diagnóstico y hace serias recomendaciones al titular de la cartera, ante la intervención que decretó el gobierno nacional sobre el departamento de La Guajira.
Riohacha marzo 15 de 2017
Riohacha marzo 15 de 2017
Carta abierta
Doctor
ALEJANDRO GAVIRIA.
Ministro
de Salud y Protección Social.
Asunto:
Análisis de la Situación de Salud (ASIS) de La Guajira y la intervención de su
Secretaría de Salud.
Cordial y atento saludo:
Señor Ministro, mis ánimos y
deseos, no son otros que aclarar y aportar hasta donde más pueda a este
Gobierno, al equipo interviniente, a la opinión en general, y a los entes de
control, las razones y argumentos que, a mi manera de ver, llevaron al
Departamento de La Guajira y a su Secretaría de Salud a ese estado de
insuficiencias terminales, con el fin, por supuesto, de responder por mis
actuaciones, pero sobre todo, para que entendamos, comprendamos y resolvamos,
más allá de la corrupción, las otras causas estructurales que igualmente
también desafían el bienestar y la salud integral de la población guajira, pues
sería absolutamente imperdonable que éstas no se corrigieran de fondo,
aprovechando esta intervención.
Envuelto, por un lado, en una
mortandad infantil sin tregua, debido principalmente a la corrupción, a la
crónica inestabilidad e ineficacia políticas del Departamento, a los viejos
vicios administrativos, y a la ancestral miseria y olvido terminal de la Gran
Nación Wayuu; y golpeado por otro lado, por una crisis hospitalaria
profunda, subsumida en la politiquería y en el desgreño, y en el fuego voraz
del lucro impúdico de nuestro sistema de salud, atado a la interminable cadena
de deudas e ineficiencias promovidas por las EPS, el ASIS de La Guajira parecía
no tener remedio a la vista. Y como si lo anterior fuera poco, en medio de este
maremágnum, la Secretaría de Salud Departamental sufría su propio vía crucis y
su debilitante calvario,—institucional, nítido y creciente—, llegando casi
hasta la parálisis total debido al fracaso rotundo del amplio marco de
competencias que la ley 715 de 2001 le confirió a la entidad territorial, entre
otras cosas porque el trámite jurídico para la suscripción de contratos propios
para su funcionamiento quedó atorado en una animosidad de decisiones titilantes
que atrapó a toda la administración en un limbo operacional diletante a causa
de grandes insalvables, como fueron los negros y sobrevinientes nubarrones
políticos que se cernían sobre La Guajira, oscureciendo cada día más su suerte.
Así transcurrió todo el primer semestre, cuando en junio efectivamente quedamos
sin gobernadora y enredados en una medusa caótica que volvió paralítica toda la
administración.
Agobiado e inmerso en este universo angustioso y
frustrante, encerrado sin salida, al borde de la derrota de la renuncia, fue que
decidimos, junto con los jefes de área seguir, y emprender acciones concretas a
fin de conjurar o paliar de la mejor manera esta ominosa situación.
Así, entusiasmados por la esperanza, escribimos
y firmamos todos, unas cartas para el Señor Gobernador (E) Jorge Enrique Vélez
y para la Honorable Asamblea Departamental, donde les contamos lo que estaba pasando, con la
idea de que la Honorable Duma concediera al Señor Gobernador las facultades
para contratar y destrabara ese nudo gordiano, y superar de esa manera la
crisis humanitaria y la extrema vulnerabilidad de la población guajira, ad
portas de una declaratoria de Emergencia Sanitaria o de un Estado de Cosas
Inconstitucionales.
Con la misma idea radicamos un
plan de contingencia, con cálculos racionales de cronograma de actividades,
requerimientos de talento humano, de insumos y de herramientas, necesarios para conjurar la crisis durante los últimos
tres meses del 2016.
En esos documentos, que anexo
para que obren como crónica de una intervención anunciada, relatamos
ordenadamente, área por área, todas y cada una de las dificultades, como:
1. Informe detallado del
deterioro, colapso y postración física de algunos espacios y ambientes; oscuros,
reverberantes, sin archivos físicos y sin servicios públicos, siquiera agua y
energía eléctrica, insalubres, inhumanos y no aptos para prestar un servicio
público de tanta responsabilidad social y científica, nacional e internacional,
como un Laboratorio de Salud Pública, que francamente es una pocilga hacinada,
llena de residuos biológicos y de basuras químicas que lo que necesita urgente
es su reemplazo total fuera de las instalaciones del obsoleto y descompuesto
edificio.
2. Parálisis física por falta
de capacidad de desplazamiento. Nunca tuvimos la competencia institucional de trasladarnos
de un lugar a otro, a no ser que fuera por diligentes y onerosos esfuerzos personales
de muy pocos, representados en vehículos propios, de familiares o amigos. La
búsqueda de viáticos, peajes, combustibles, agua, alimentos, y hasta chóferes
voluntarios como el suscrito, sí que era una muy frecuente y verdadera “calamidad
doméstica” para nosotros, porque nuestro propio mínimo vital salarial era la
caja menor de la Secretaría.
3. Ausencia absoluta de tecnología
en el área de auditoría de cuentas. Manejar inmensas, densas y complejas bases
de datos para garantizar y verificar derechos y comprobar la realidad de todas
las cuentas médicas presentadas ante la Secretaría ítem por ítem, y reconocer
su pago a los diferentes prestadores, es una labor dura y casi que imposible,
si se hace a mano, y peor aun si no se cuenta con el talento humano capacitado
y suficiente. La Secretaría de Salud de La Guajira no contó en el año 2016 con
un software que soportara el manejo de estas complejas operaciones.
4. Ineficacia e ineficiencia
por todas partes. Debidas a la ausencia sustancial y crítica, de la tecnología
basal rutinaria e indispensable, así como de equipos e insumos de oficina
elementales para apoyar los procesos cotidianos comunes y corrientes.
(computadores, fotocopiadoras, impresoras, scaners, tinta, papelería, muebles, aires
acondicionados, mensajería, etc.) El
análisis de la infraestructura informática de la Secretaría demuestra que ésta
es obsoleta, insuficiente e ineficiente
para soportar la operación, con el
agravante de que las copias de seguridad de la información se realizan en USB
de propiedad de los funcionarios, la mayoría contratistas, peregrinos fugaces
de la administración que, sin ningún control aseguran la integridad, confidencialidad y
disponibilidad de la información generada.
5. Deslaborización Colectiva.
Este típico gran mal colombiano azotó duro a la Secretaría de Salud: la planta
de personal solo cuenta con 26 personas, en el 2016 se contrataron en total 238
mediante órdenes de prestación de servicios. Pero más interesante, y más dramático si se quiere, es que, 159
personas (67%), fueron contratadas solo por cuatro meses, 20 personas (8%) por
seis meses, y 58 personas (24%) por nueve meses y medio. En septiembre 179
personas, el 75%, se habían ido.
6. Síndrome de bornout. (quemarse en el trabajo). Hubo
hospitalizaciones de funcionarios por
golpes extremos de calor de tan soporíferos lugares, y también desórdenes
emocionales por exceso de requerimientos y trabajo. Pocos teníamos que hacer
mucho.
El área de auditoría de
cuentas médicas, aunque parezca
inconcebible, no tiene ni un solo
empleado formal, y la mayoría de sus contratistas fueron de cuatro meses. Circunstancias
similares sucedieron en: Financiera, Jurídica, Seguridad Alimentaria, Centro
Regulador de Urgencias, Emergencias y Desastres, Inspección, vigilancia y
control de alimentos y medicamentos, Vacunación y Red de Frío, Oficina de la
Autoridad Sanitaria para la gestión en Salud, Oficina de Inspección, vigilancia
y control, Enfermedades Transmitidas por Vectores, Salud Ambiental, Salud
Sexual y Reproductiva y Zoonosis.
Desafortunadamente la
esperanza no logró su cometido, la Honorable Asamblea nunca otorgó facultades al
Gobernador Vélez, en octubre vinieron las elecciones, en noviembre sentaron al gobernador
electo, en marzo sentaron otro, luego
instalaron la intervención. Pero no voy a ser pesimista como Úrsula Iguarán, quien ya decrépita
aseguraba que el tiempo en Macondo daba vueltas en redondo y nada cambiaba, y no
voy a pensar como ella.
Señor Ministro la Situación de
Salud de La Guajira es muy compleja, tiene usted un reto personal muy grande,
cortar cabezas de medusas son gestas de
dioses mitológicos, pero usted y su
equipo cuentan con muchos guajiros
fieles servidores a las grandes causas de esta nación, entre ellos, éste, su
siempre servidor.
Cordialmente,
Stevenson Marulanda Plata
Ex Secretario de Salud del
Departamento de La Guajira 2016
Copias:
Weilder Guerra, Gobernador (E)
Departamento de La Guajira; Norman Julio, Superintendente Nacional de Salud; María
de los Ángeles Castañeda y Miguel Ángel Pulido, Administradores Temporales para
el Sector Salud en el Departamento de La Guajira.
Anexos: cinco documentos
radicados todos en la Asamblea Departamental y en la Gobernación de La Guajira
con 195 folios numerados.
Falta mucho más que comentarios para mejorar el tema de la salud
ResponderBorrarY quizás esa radiografía del Estado de la salud del Dpto de la Guajira, se quede corta de la verdadera situación actual.
ResponderBorrarMe asombra que un científico de tan altos quilates como el doctor Marulanda se le haya medido a semejante nido de víboras soñando con arreglar el Sistema de Salud. Conociendo su trayectoria científica y su empeño por poner orden a la salud no sólo de la Guajira sino de todo el país me abruma verlo dando explicaciones.
ResponderBorrarDe acuerdo con Jose Miguel
BorrarLo expuesto por el doctor Marulanda refleja el Estado de la salud en el país, sumida en profunda crisis por un Sistema q fracasó pero q el gobierno nacional, encabezado el presidente y su ministro insisten en q todo marcha a las mil maravillas; quiere decir, mi querido doctor Marulanda y usted debe saberlo, q jamás será escuchado ni la solución llegara de parte de quienes tienen como misión profundizar la privatización, fortalecer el negocio de la salud y proteger la corrupción. Lo invito a q sigamos luchando por cambiar el actual sistema de salud pero no con los q actualmente y desde siempre han estado contra lo derechos fundamentales de los colombianos sino con un nuevo gobierno inclusivo, democrático, multicolor, q entienda q la salud no es un negocio, q ponga en el centro de sus preocupaciones al ser humano. Me gustó su análisis, aunque es muy visible su ingenuo romanticismo al creer q el señor ministro se va a ocupar de resolver.
ResponderBorrarIndependiente a mis comentarios el escrito le daré difusión, es bueno q se conozca en todo el país.
ResponderBorrarGracias Dr.Marulanda por la valiosa información que nos brinda.
ResponderBorrarTodos sabemos que la situación de la salud en Colombia responde a un problema estructural creado por la Ley 100 de 1.993:la rentabilidad económica prima sobre la rentabilidad social;la salud se convirtió en un negocio que debe ser rentable para los operadores (EPS) a costa de vulnerar los Derechos fundamentales a la Salud y a la Vida.La Tutela se convirtió en el mecanismo común para que se respeten los citados Derechos.
Adicionalmente adolecemos de una Política de Talento humano en el Sector Salud.......
Se suma a lo anterior la Corrupción y la falta de Conciencia y de sentido crítico de nuestros gobernantes(elegidos por las mismas Comunidades afectadas por la deficiente prestación de Servicios de Salud)
Es demasiado lamentable que la gestión de una persona capaz y de talante fuerte y honesto sea empañada por la mala fe política. Cuanto perdimos los guajiros...
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