"Pichán y Trujillo"
Por Hermes López Deluque.
" Riohacha, en esa época, era un pueblo pequeño en donde existía la creencia de muertos, aparecidos, brujas y espantos. De igual manera, las muertes violentas no eran muy comunes pero siempre existía el temor de ser atacados por cualquier persona.
Resulta que una vez Trujillo se encontraba en casa de mi abuela materna, Bernabela García, reunido con varios amigos y se presentó Pichán y lo convidó a dar una paseo por el puente del Riito, a lo que Trujillo se negó, pero ante la insistencia de Pichán accedió a acompañarlo".
Hermes López Deluque con Luna Mar y 95 personas más.
18 h ·
“PICHAN” Y “TRUJILLO”
El barrio Arriba siempre se ha caracterizado por ser único, donde han vivido y viven personas de comportamientos singulares que casi rayan en la extravagancia. Enumerar a estas personas sería muy largo y el espacio no alcanza.
Hoy quiero compartir con ustedes, amables lectores, una anécdota sucedida hace mucho tiempo, cuyos protagonistas fueron Cipriano Deluque, más conocido como “Pichán” o “Chan” y el popular “Trujillo” Castro, en donde queda plasmada la mamadera de gallo de mi barrio, el barrio Arriba.
Debo resaltar que Pichán es una persona que siempre sale con sus extravagancias, lo cual lo hizo acreedor de una fama de singularidad en el sector. Trujillo, es una persona muy inocente, temerosa de los espantos y de la muerte, por lo tanto, es muy nervioso. Esto era conocido por todo el barrio y, quizás, por esta razón, Pichan procedió a hacerle una mala pasada.
Riohacha, en esa época, era un pueblo pequeño en donde existía la creencia de muertos, aparecidos, brujas y espantos. De igual manera, las muertes violentas no eran muy comunes pero siempre existía el temor de ser atacados por cualquier persona.
Resulta que una vez Trujillo se encontraba en casa de mi abuela materna, Bernabela García, reunido con varios amigos y se presentó Pichán y lo convidó a dar una paseo por el puente del Riito, a lo que Trujillo se negó, pero ante la insistencia de Pichán accedió a acompañarlo.
La casa de mi abuela estaba en la calle 9 entre las carreras 2 y 3, salieron y doblaron por la carrera 2 y al llegar a la calle ancha, bajaron para coger la carrera primera y al llegar a esta, Pichán le grita a Trujillo ¡Corre Truji! Y engancha a correr a toda velocidad. Trujillo todo desconcertado, en vez de mirar hacia atrás para ver que sucedía, lo que hizo fue corre detrás de Pichan y con voz entrecortada por el miedo y la angustia, le preguntaba, sin dejar de correr detrás, a Pichán ¿Qué pasa Chan? Y este sin detenerse le contestaba ¡Corre, nojoda!
Cuenta Trujillo que él pensaba que alguien venía detrás suyo con una rula o un puñal para atacarlo y el pánico se apoderó de su cuerpo. Tanto era el miedo que corría casi sin aliento, pero sacando fuerza de flaqueza trataba de alcanzar a Pichán que a medida avanzaban le sacaba más ventaja.
Está de más decir que a Trujillo la distancia que corrió le pareció eterna y el terror le abarrotaba las piernas, mientras Pichan, que era veloz, lo dejaba relegado a una gran distancia.
Por último, Pichán se detuvo en la casa de Nicho Martínez (que en paz descanse) dando unos saltos inhalando aire por la nariz y lo exhalaba por la boca. Trujillo llega con la lengua afuera y los ojos desorbitados le pregunta con voz inaudible “Chan ¿Qué pasó? A lo que este responde sin dejar de saltar, “Que va a pasar? ¡Nada! Lo que pasa es que hay que hacer física, nojoda, hay que hacer física, le reiteró.
Trujillo, con voz queda y casi entre sollozos, solo alcanzó a decirle “Hombe Chan, nos seas tan mal parido” y se dejó caer sobre el andén temblando y sudando frío. Los vecinos al ver a Trujillo en tan mal estado, le dieron agua de azúcar para bajarle la presión ya que temían que le diera un infarto. Dios nos bendiga.
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Hermes López Deluque. |
Resulta que una vez Trujillo se encontraba en casa de mi abuela materna, Bernabela García, reunido con varios amigos y se presentó Pichán y lo convidó a dar una paseo por el puente del Riito, a lo que Trujillo se negó, pero ante la insistencia de Pichán accedió a acompañarlo".
Hermes López Deluque con Luna Mar y 95 personas más.
18 h ·
“PICHAN” Y “TRUJILLO”
El barrio Arriba siempre se ha caracterizado por ser único, donde han vivido y viven personas de comportamientos singulares que casi rayan en la extravagancia. Enumerar a estas personas sería muy largo y el espacio no alcanza.
Hoy quiero compartir con ustedes, amables lectores, una anécdota sucedida hace mucho tiempo, cuyos protagonistas fueron Cipriano Deluque, más conocido como “Pichán” o “Chan” y el popular “Trujillo” Castro, en donde queda plasmada la mamadera de gallo de mi barrio, el barrio Arriba.
Debo resaltar que Pichán es una persona que siempre sale con sus extravagancias, lo cual lo hizo acreedor de una fama de singularidad en el sector. Trujillo, es una persona muy inocente, temerosa de los espantos y de la muerte, por lo tanto, es muy nervioso. Esto era conocido por todo el barrio y, quizás, por esta razón, Pichan procedió a hacerle una mala pasada.
Riohacha, en esa época, era un pueblo pequeño en donde existía la creencia de muertos, aparecidos, brujas y espantos. De igual manera, las muertes violentas no eran muy comunes pero siempre existía el temor de ser atacados por cualquier persona.
Resulta que una vez Trujillo se encontraba en casa de mi abuela materna, Bernabela García, reunido con varios amigos y se presentó Pichán y lo convidó a dar una paseo por el puente del Riito, a lo que Trujillo se negó, pero ante la insistencia de Pichán accedió a acompañarlo.
La casa de mi abuela estaba en la calle 9 entre las carreras 2 y 3, salieron y doblaron por la carrera 2 y al llegar a la calle ancha, bajaron para coger la carrera primera y al llegar a esta, Pichán le grita a Trujillo ¡Corre Truji! Y engancha a correr a toda velocidad. Trujillo todo desconcertado, en vez de mirar hacia atrás para ver que sucedía, lo que hizo fue corre detrás de Pichan y con voz entrecortada por el miedo y la angustia, le preguntaba, sin dejar de correr detrás, a Pichán ¿Qué pasa Chan? Y este sin detenerse le contestaba ¡Corre, nojoda!
Cuenta Trujillo que él pensaba que alguien venía detrás suyo con una rula o un puñal para atacarlo y el pánico se apoderó de su cuerpo. Tanto era el miedo que corría casi sin aliento, pero sacando fuerza de flaqueza trataba de alcanzar a Pichán que a medida avanzaban le sacaba más ventaja.
Está de más decir que a Trujillo la distancia que corrió le pareció eterna y el terror le abarrotaba las piernas, mientras Pichan, que era veloz, lo dejaba relegado a una gran distancia.
Por último, Pichán se detuvo en la casa de Nicho Martínez (que en paz descanse) dando unos saltos inhalando aire por la nariz y lo exhalaba por la boca. Trujillo llega con la lengua afuera y los ojos desorbitados le pregunta con voz inaudible “Chan ¿Qué pasó? A lo que este responde sin dejar de saltar, “Que va a pasar? ¡Nada! Lo que pasa es que hay que hacer física, nojoda, hay que hacer física, le reiteró.
Trujillo, con voz queda y casi entre sollozos, solo alcanzó a decirle “Hombe Chan, nos seas tan mal parido” y se dejó caer sobre el andén temblando y sudando frío. Los vecinos al ver a Trujillo en tan mal estado, le dieron agua de azúcar para bajarle la presión ya que temían que le diera un infarto. Dios nos bendiga.
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