Tres muertos más y cuatro heridos deja enfrentamiento entre familias Wayuus

Foto tomada de estasucediendo.com

En las últimas horas un nuevo ataque armado dejó tres muertos, entre ellos un extranjero y cuatro heridos, cuyo estado de salud es estable.

Dos de las víctimas fueron identificadas como los hermanos Ezequiel Epieyú y Felipe Epieyú, quienes son parientes lejanos de los Epieyú que se encuentran en conflicto y pertenecen al clan Pushaina, lo que acrecienta aún más la guerra, según lo indicó el representante de la ONG Nación Wayuu, José Silva.

“Atacaron a una familia que no tenía conflicto con ellos, pero que estaban ahí cuando ellos buscaban a los familiares de los fallecidos por parte de padre. No midieron las consecuencias de sus acciones”, indicó un miembro de la comunidad a este medio.

Mientras que la tercera persona se trata de Ramón Hernández, de 58 años, indígena wayuu de origen venezolano, que se encontraba realizando trabajos de albañilería.

De acuerdo a lo indicado por un familiar de Hernández, este trabajaba en el corregimiento de Tigreras junto con uno de los hermanos muertos y fue convidado para trabajar con ellos. Su cuerpo se encuentra en la morgue de Maicao y será trasladado hacia Venezuela.

El hecho ocurrió entre las 8:00 y 8:30 de la mañana de este sábado en el cementerio de la ranchería de Hitka, ubicada a dos kilómetros de la carretera Troncal del Caribe, a la altura del kilómetro 47 de la vía que de Riohacha conduce hacia Maicao, la cual forma parte del territorio de Ceura.

Los hermanos Epieyú se encontraban junto con otros familiares adecuando el cementerio para preparar el segundo velorio de su abuela. 

Siendo sorprendidos por unas 20 personas que llegaron en moto y de a pie, portando armas de largo alcance, algunos con los rostros cubiertos otros no, y comenzaron a disparar indiscriminadamente. Al parecer Ezequiel trató de huir del lugar al momento del tiroteo, debido a que su cuerpo fue hallado por fuera del cementerio.

Las mujeres entre ellas una anciana, se opusieron al ataque armado, colocándose de barrera para que no atentaran contra los niños y jóvenes. Hasta el punto de enfrentarse a golpes con los atacantes.

Familiares de Ramón Hernández, lloran sobre sus restos. Al fondo otro de los muertos.

“Así desarmadas. Porque sabían y confiaban que era la única forma de evitar más muertos. Los atacantes las maltrataron jalándolas por el cabello. Más digo que ellas sacaron el valor fue por defender a los jóvenes. Supongo que los hombres tenían consciencia de que si mataban a las mujeres esto ya traería algo más fuerte con otros eirukus (parientes uterinos o clan de origen)”, sostuvo la fuente.

Los hermanos habían conseguido empleo por fuera y regresaban los fines de semana a la ranchería. En esta oportunidad aprovecharon que les habían cancelado parte de su trabajo y decidieron realizar los trabajos antes mencionados.

“No tenían pleitos, jamás pensaron que serían atacados, menos en el cementerio”, sostuvo un miembro de la comunidad.

La oenegé Nación Wayuu, defensora de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas y las Minorías Étnicas denunció el hecho a través de su cuenta de twitter.

Según lo que se ha denunciado al parecer los hechos están relacionados con líos de tierra, “eso es lo que provocan los desacuerdos y las empresas aprovechan estas divisiones para entrar a los territorios y ponerlos así por unos recursos”, indicó la fuente, quien ha pedido mantener la reserva de su nombre.

Los miembros de la comunidad piden la intervención de las autoridades para que este problema no siga creciendo.  Las mujeres de la comunidad piden apoyo de la Defensoría del Pueblo para poder salir ya que temen por la vida de sus hijos.

Fuente: estasucediendo.com