Trilema energético

 

"Por el lado de los recursos renovables, nada logramos teniendo altas velocidades de viento, buena radiación o agua y pendientes en abundancia, si los proyectos para aprovechar estos recursos no se logran materializar".

Por David Yanovich.

El presidente de Repsol, compañía española que es una de las empresas energéticas mas grandes del mundo, resumió de manera muy precisa el problema que enfrentan los productores en cuanto a la transición energética. Se trata de resolver un trilema: la seguridad de suministro, la accesibilidad económica a la energía y la sostenibilidad ambiental en su producción.

Pensar en el problema de producción energética de cara a la transición dentro de este marco ayudaría bastante a guiar la política pública en esta materia en Colombia, en donde el problema energético se convirtió en uno de enorme importancia en la agenda nacional, particularmente durante los últimos días.

Utilizando el trilema como marco de pensamiento, se puede evidenciar que la política pública propuesta por el gobierno del presidente Petro y su ministra de Minas y Energía, va por el camino equivocado.

Analicemos el caso de la generación de energía eléctrica. Partiendo del supuesto de que hay que resolver las tres aristas del trilema se puede concluir que no hay una sola tecnología para la transformación de energía que logre resolverlos. Por eso se necesita una combinación de varias. Sin embargo, este gobierno se empeñó, en teoría, en promover energías renovables, solar y eólica, fundamentalmente, que puede que tengan un impacto positivo - aunque limitado - en la arista de sostenibilidad ambiental, pero que no resuelven la seguridad de suministro ni la accesibilidad económica. Las tecnologías basadas en combustibles fósiles, como las de gas natural y carbón, resuelven la accesibilidad económica, pero tienen impactos negativos en la sostenibilidad ambiental. Por eso, para lograr un suministro de energía confiable y accesible, minimizando el impacto ambiental, se necesita tanto del viento como del sol y los combustibles fósiles.

Queda por resolver la arista de seguridad de suministro. Esto se logra no solamente teniendo los recursos energéticos disponibles. Para lograr seguridad energética hay que explotarlos y aprovecharlos.

Colombia cuenta con una cantidad importante de recursos energéticos buenos y económicamente aprovechables, tanto renovables como fósiles. Pero tenerlos no es suficiente. Hay que seguir explorando para encontrar nuevas fuentes de petróleo, gas y carbón. De lo contrario, las noticias del más reciente informe de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), que da cuenta de una caída importante de reservas de gas natural, serán cada vez peores. Y por el lado de los recursos renovables, como sol, viento y agua, nada logramos teniendo altas velocidades de viento, buena radiación o agua y pendientes en abundancia, si los proyectos para aprovechar estos recursos no se logran materializar. Pero para eso se necesitan licencias ambientales, licencias sociales y disponibilidad tanto del gobierno como de las comunidades para permitir avanzar en la ejecución de esos proyectos. El anuncio de Enel de retirar su proyecto eólico de la Guajira, es un campanazo de alerta. Ejecutar proyectos energéticos en Colombia es cada vez mas difícil.

Aunque existen oportunidades de mejora, sin duda, Colombia ha contado con una política pública en materia energética que ha permitido, hasta ahora, resolver el trilema energético de manera interna, sin tener que recurrir a la importación de recursos energéticos primarios. Y no hay razón para pensar que no se pueda seguir avanzando por ese camino. Pero para eso, se necesita un viraje importante en el rumbo. Aún estamos a tiempo. Pero el tiempo es el menos renovable de todos los recursos.