Asesinada docente en la vereda La Laguna - Riohacha

 

Elizabeth Mojica Nieves.

Riohacha, La Guajira.- La tradicional tranquilidad de la noche del sábado 29 de noviembre fue interrumpida por el eco de varios disparos: La comunidad wiwa, que habita esa zona, donde nace el río Rancherías, se sorprendió. No son habituales los disparos. Todos corrieron. El eco se sintió en la casa de la profesora Elizabeth Mojica Nieves. La sorpresa fue mayor, cuando encontraron su cuerpo tendido a un costado de la puerta.

Varios hombres armados, llegaron a su vivienda, dialogaron con ella y le dispararon. Esa fue la primera versión de sus vecinos. La vereda La Laguna, pertenece al Distrito de Riohacha, pero sus habitantes tienen sus registros en San Juan del Cesar, debido a que les queda facil salir por Caracolí, llegar a la represa y tomar el camino hacia Zambrano.

Dicen que los sicarios, llegaron a la casa, la sacaron y más adelante le dispararon a quema ropa. Su cuerpo quedó tendido, sin signos vitales.

El lunes 1 de diciembre, ninguna autoridad se había acercado a la comunidad para conocer del caso. La propia comunidad levantó el cuerpo para darle cristiana sepultura a la espera que llegaran desde Riohacha o San Juan del Cesar. Consultado el personero del Distrito de Riohacha, Yeison Deluque, reveló que no se tenía ningún conocimiento sobre los hechos.

Hoy martes dos, se conoció que la Policía y la Fiscalía anunciaron el inicio de una investigación para determinar los responsables y móviles del crimen, al tiempo que organizaciones sociales y líderes locales exigieron resultados rápidos y acciones concretas que garanticen la seguridad de los docentes en áreas rurales.

Padres de familia y representantes comunitarios señalaron que este hecho refleja la necesidad urgente de reforzar la presencia institucional en la región. “No solo perdimos a una maestra, perdimos a una líder”, expresó uno de los habitantes de la región, visiblemente afectado.

El asesinato de Elizabeth Nieves Mojica deja un vacío inmenso en la comunidad educativa y revive el llamado a proteger a quienes, pese a las dificultades, continúan trabajando por la formación de las nuevas generaciones en zonas apartadas.