ROMPIENDO PARADIGMAS
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Continuando con la ruptura de paradigmas es tiempo que los aspirantes a cargos públicos de elección popular tales como presidencia de la república, senadores, representantes gobernadores y alcaldes se manejen igual a una gerencia de cualquier empresa eficiente y productiva, no podemos permitirnos que una cosa sean las promesas de campaña y otra el desarrollo de su gestión.
En ningún caso el candidato elegido se le permitirá argumento alguno que justifique su incumplimiento y mucho menos variaciones a las promesas de campaña.
Las promesas de campaña deben estar claramente expuestas de tal manera que el fin último pueda ser completamente digerido por un niño de 4 años.
El desarrollo de cada promesa debe estar enmarcado dentro de un programa que indique con periodos de tiempo el cumplimiento de cada etapa hasta su culminación.
Es de estricta obligación el apoyo de las bancadas de oposición para el desarrollo de las mismas, como también el control y seguimiento al programa.
La legislación aprobada debe nacer con un plan de evaluación que permita en el menor tiempo posible valorar si:
Cumple con el objetivo para el cual fue creada
Si es factible de subsanar
Si debe ser derogada
El personal elegido que a mitad de su periodo este incumpliendo el 50% de sus promesas debe ser relevado y no podrá aspirar a cargo público alguno (elección popular o nombramiento) por un periodo no inferior a 20 años
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