Loable empatía entre el expresidente Uribe y el presidente Petro
Por Martín Nicolas Barros Choles
La vida da
sorpresa, de ella se esperan muchas cosas y ocurren hechos, que podrían
considerarse inimaginable e inesperado, frente a una realidad viviente. En
lógica filosófica, lo imposible puede ser posible, si no los proponemos, en
viabilidad y con paciencia, en espacios y oportunidades factibles. Del odio al
amor y viceversa, no es tan imposible, como presumimos, cuando se desarman o
desactivan: odios, persecuciones, rencillas, revanchismo y se perdona, que no
cuesta nada y alivia, penas y rencores, que sobreviven y mortifican conciencia
viviente.
Más de las veces,
no se necesitan intermediarios, cuando las partes voluntariamente pueden
reconciliarse, de manera automática y cordial, entendiendo que es mejor y más
saludable, perdonarse, reconociendo faltas y errores, conciliando de manera
amistosas, aún con sacrificios, antes que radicalizarse, en intransigencias,
rencores y venganza, que no conlleva a nada bueno, por los efectos negativos y
nocivos; que causan.
Estamos viviendo
una política polarizadas, por dos tendencias ideológicas, repelentes entre sí, representadas
en gobierno y oposición. La apertura de dialogo y comunicación, entre el
expresidente, Álvaro Uribe Vélez y el presidente Gustavo Petro Urrego, es de
mucho valor y merece apoyo, de todos lo que queremos la paz, aplacando
violencias, respetando diferencias, de partes y pares, solidarizando en masas,
para ayudarnos y protegernos
De nada sirven
las confrontaciones: agrestes, insultos, ofensas, infamias, calumnias,
injurias, maldiciones, epítetos y atribuciones de mal gusto; que causen daño,
en la dignidad y el buen nombre de las personas, desinformen y confundan. No
digan, ni mucho menos, hagan a otros, lo que no te gustaría, que te hicieran a
ti. Es mejor conservar el respeto mutuo, indiferente de los estratos en que se
viva.
Oposición, no es
obstrucción, ni destrucción. Es control y seguridad, para mejorar y exigir,
cumplimientos de: compromisos, funciones, leyes y contrataciones, violadas por
corruptos, que les interesa, ordeñar y apropiarse, de partidas presupuestales,
que administran y explotan, fraccionándola económicamente.
No veo problema en
entenderse, gobierno y oposición, de manera: decente, seria, respetuosa, cordial,
transparente y de buena fe; dialogando y analizando, observaciones y
recomendaciones, que mejoren, proyecciones y programas, sin que haya lugar, a
obstinaciones, ni continuos enfrentamientos, que puedan prevenirse, con
reflexiones y razonamientos, para no estar, formulando, quejas disciplinarias,
fiscales y denuncias penales, ni obstruir desarrollos.
“El que no la
debe no la teme”. Es deber y obligación, gobernar y administrar, con ética y moralidad;
independientemente de quienes los hayan elegido, cuidando el manejo de los
dineros públicos, en beneficios común, colectivos popular, no personal,
aprovechando la ocasión de servidor público, para apropiárselo, enriqueciendo
ilícitamente o de manera injustificadas, en detrimento económico social.
El presidente
Gustavo Petro, se direcciona más al dialogo y concertación, que a la imposición
que muchos temen, por ser menos traumática, en un periodo de gobierno
indiscriminado. El presidente echó a un lado, la obstinación de cerrarse,
mediando criterios, con propuestas equilibradas, que ajusten y mejoren, las
relaciones en forma unificada. ¿Qué se puede esperar de gobierno impositor o
absolutista, estilo dictadura en tirania y una oposición intransigente,
radical, sectarias demagogas y violentas?
El presidente abrió
un dialogo nacional, en localidades y departamentos, territorios de Colombia,
para que, reflejen necesidades y alternativas de solución, que réquiem de
atenciones y deben ser integrada e incorpoda, en el Plan de Desarrollo y
presupuesto nacional.
En lo relacionado
con las reformas, el presidente, escucha para análisis y propuestas, de partes
interesadas, sin animo persecutorios, intenciones despectivas, ni excluyentes,
corrigiendo y transformando lineamientos, para adecuarlo, en participación
incluyentes, sobre prestación de servicios eficiente.
El expresidente
Álvaro Uribe, cabeza de la oposición, de manera sensata, reposada e
inteligente, admite dialogar y comunicarse, con el presidente Gustavo Petro, en
canal abierto, con diferencias pasajeras y ánimos conciliatorios, que a todos
nos sirva y beneficien. El pueblo prima en democracia, sobre intereses:
particulares, políticos y personales.
En mi vida
política, por primera vez, he observado dialogo directo, gobierno-oposición, al
inicio del nuevo mandato, aun cuando no es muy apreciado, por algunos
seguidores, de parte y parte, que quieren seguir, con rencillas y odios
enquistados, manifestaciones encendidas, vomitando amarguras toxicas, que
descargan, sin consideración y sin medir consecuencias.
Las dos reuniones
celebradas entre el presidente, Gusta Petro y el expresidente Álvaro Uribe,
sumando las que faltan, arrojarán a futuro, resultados positivos en el término
de gobierno, que necesitamos, para afianzar seguridad.
El expresidente
Álvaro Uribe, tendrá vocerías de muchos intereses, económico y político, sobre
los cuales abogará y concertará, con el gobierno sin pelear, ni romper,
relaciones, con el presidente Petro, como debe ser, sobre todo, ahora que están
más cerca, dispuesto a sacar el país, del atolladero, en que nos encontramos,
con un gobierno comprensivo y una oposición, constructiva, que se debe apoyar,
para su efectividad. Ejemplaricen hechos, que transformen y cambien costumbres
políticas.
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