Año nuevo con esperanza
Por Martín Nicolás Barros Choles
La llegada de cada año, genera reflexiones y
deseos, partiendo de cero, en un recorrido de 365 días, que debemos enfrentar,
desarrollar o aprovechar, en diferentes campos, de manera positiva y en forma
democrática, que implica solidaridad y beneficios colectivos.
El año 2023, es la gran prueba que tiene el
presidente Gustavo Petro, no para competir, sino para materializar, los
compromisos de propuestas en campañas políticas, que deben plasmarse e
insertarse, en el proyecto, Plan Nacional de Desarrollo, que inicie, durante la
presente vigencia fiscal.
Cuatro reformas de gran interés y alto
calibre, llaman la atención, para el segundo periodo legislativo, encargado de
tramitar y aprobar, leyes y reformas constitucionales. Se radicarán proyectos
de reformas y cambios, que con urgencias se necesitan, en salud, pensiones,
política y agrarias; sobre las cuales participen de manera incluyente e
indiscriminada, partidos y organizaciones política; previo acuerdo de esquema
estructural, entre los participantes. Los representantes, en nombre de
distintos sectores políticos, deben llevar propuestas de normas, que deben
deshacerse y las que deben remplazarse e implementarse; prevaleciendo la
concertación de acuerdos globalizados, sobre las imposiciones.
Una vez presentada por cada sector las
propuestas, se establezcan mesas de trabajo, que sinteticen, fusionen y unifiquen,
proyectos consolidados, para consideración y aprobación, del Congreso de la
Republica de Colombia.
Es necesario innovarse y emprender, en
participación generalizadas, respetando las diferencias, particularizadas,
dejando a un lado, caprichos, soberbias, arrogancias, egoísmo, odios y
revanchismo; que conlleva a desgracias y tragedias, por causas insólitas,
obstrucciones y oposiciones temerarias, que nos tienen rodando en abismos.
Reformas en salud y pensiones, son
inaplazables. En relación con salud, ampliar y extender servicios ilimitados,
para cumplir con necesidades emergentes y oportunas, erradicar manejos mañosos
y perversos, en asuntos financieros, procedimientos médicos, hospitalarios,
quirúrgicos, suministros de equipos y medicamentos.
La
salud mental está en crisis, requiriendo de atenciones mediata, por
afectaciones de secuelas originadas, en pandemia del Covid-19, tragedias familiares,
e inundaciones entre otras; los cuales deben, ser atendido y valorado, de
manera general con servicio de psicólogo y de manera especial, por gravedad
mental, requiera de siquiatras. Deben abrirse nuevos espacios de vinculación, a
profesionales psicólogos, en servicios de salud y educación.
No se
necesita desaparecer, ni acabar con EPS organizadas, que garanticen soportes
financieros, que deberán adecuarse al nuevo estilo de gobierno, relacionado con
extensión de servicios, que están limitado o no incluidos, en el plan de salud,
requiriendo de atenciones mentales, para niños y adultos, previniendo suicidios,
que están disparados.
El presidente Álvaro Uribe, de manera
innecesaria en aplicación de la ley 100 de 1993, para favorecer algunos particulares, ordena
en su gobierno, las liquidaciones, del Instituto de Seguro Social y Cajanal,
esta última operadora de afiliación de funcionarios público del orden nacional.
Seguidamente como efecto dominó, se ordenaron liquidar, las cajas de
previsiones, departamentales, distritales y municipales; dejando los afiliados
a las derivas, totalmente desorientados.
Luego
aparecieron, los Fondos Privados, haciendo algunas ofertas engañosas y
tramposas, para ganar afiliados, a otros los vincularon por la vía de hecho, es
decir sin el consentimiento, lo que ha conllevado a una serie de problemas, con
la apertura de dos sistemas de pensiones vigentes diferentes, operadas por:
Colpensiones publica y otra, Porvenir, Protección y demás, privadas. Una de
prima media, es decir subsidiada y otra por ahorros o deposito de capital.
Ninguna persona que gane, menos de cinco salarios mínimos, se llega a pensionar
por ahorros en 30 años, con un salario mínimo. No alcanza acumular el monto
requerido en ahorro en fondo privado.
Los fondos privados pueden de ser de utilidad
a personas con disposición económica, depositando el monto exigido por el Fondo,
de acuerdo al valor de la pensión que quiera recibir, en cualquier edad y sin
cotizar, por termino de duración de trabajo.
La pensión de asalariados, deben ajustarse a
la ley, no a los ahorros. Es pertinente que se dejen en libertad, los afiliados
de cualquier fondo, para escoger en forma libre y voluntaria, el fondos
privados o público, para continuar o cambiarse sin limitaciones, no como viene
ocurriendo con algunos fondos, no dejan cambiarse de los fondos privados al público.
Debe establecerse un sistema de pensiones
mixta, subsidiado el estado, entre el 30% al 50%, a quienes devenguen hasta
cincos salarios mínimos, indiferentemente del Fondo (publico o privado)
operador de la filiación. De igual forma, las personas que tengan la edad de
pensión, por no lograron cotizar el número de semana requeridas. Las semanas
faltantes, se puedan cubrir cancelando el pago del valor correspondiente
establecido a las misma. Se debe conservar las pensiones entre parejas,
unificando los tiempos de servicios conjuntos, indiferente del fondo en que este
afiliado.
Destacados maestros y lideres, deportistas, artistas, cultores, periodistas, fotógrafos, locutores, gastrónomos, músicos y otros; reconocidos por trayectorias, que no cotizaron pensiones y sobre pasen de la edad de 65 años o menos, por motivo de incapacidad, deben reconocer el derecho a la pensión, de un salario mínimo.
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