Alborozo efusivo en posesiones con esperanza en buen gobierno
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Por Martín Nicolas Barros Choles.
Las posesiones de nuevos mandatarios o
gobernantes, local, distrital y departamental; van cargadas de expectativas y
deseos, de mejorías o cambios, de parte de los electores, tantos los que
eligieron, como también los derrotados, debido a que el gobernante, rige de
manera general para todos, en igualdad de derechos, tanto para unos, como para
otros, sin distingos preferenciales, sujetado a normatividades y disposiciones,
constitucionales y legales vigentes.
En las posesiones de alcaldes y gobernadores,
son fervientes en alborozos efusivos y emotivos, de quienes albergan esperanzas,
para superar condiciones transformativas, que permitan aperturar espacios
participativos, motivar optimismos, direccionando; proyectos y programas
incluyentes, que afiancen la confianza popular, perdidas y arrastradas por
incidencias continuas, de estancamientos, causas de corrupción, inseguridad
pública e ineficiencias, en operaciones administrativa. La gente quiere
gobernantes que se hagan ver y sentir, dejando huellas positivas, durante el
periodo de gobierno, en el término de cuatro años.
El éxito de las administraciones depende de
variados factores y equipo humano, de calidad y experiencia, en asuntos y
temas, que atañen funcionalmente, articulando, acoplados, sincronizado y
sintonizados, de manera directa, en comunicaciones, correlativas e interactiva.
El problema de los gobernantes radica en las deudas que le generaron, las
inversiones de las campañas política electoral, para lograr el triunfo, cuya
recuperación de pagos es prioritaria, en favor de aportantes, por compensación,
cuyos acreedores exigen, les correspondan con asignaciones en contratos,
burocracias o pago efectivos, sobre saneamientos de negocios politiqueros. Por
estos hechos, los mandatarios quedan amarrados y acorralados a la corrupción,
perdiendo facultades para responder a los compromisos, propuestas y ofertas;
exteriorizada en campañas de manera popular.
La improvisación del equipo humano que
conforma el gobierno requiere de tiempo y comunicaciones, para acoplarlo y
sintonizarlo, a la dirección que traza el mandatario, para ejecutar el programa
de gobierno y Plan de Desarrollo, asignando y delegando responsabilidades
particularizada, a sus agentes subordinados; facilitando los medios pertinentes
y adecuación de espacios, para labores y operaciones administrativa.
Las
oficinas de dependencias de las secretarias de despachos carecen de los medios
y elementos, que se requiere, para garantizar eficientes servicios, tales como:
escritorios, equipos de sistemas, impresoras, wifi, elementos de consumos etc. Los
detalles de deficiencia y precariedad, no la informan en el empalme y de informarla,
debería tenerse en cuenta, para resolver problemas, que terminan afectando toda
la administración.
Los que no dan la talla, restan en vez de sumar,
aquellos que nombran por cuota, correspondiendo a compromisos politiquero, de
quienes aportaron dineros o cualesquiera medios económicos, para financiar las
campañas. El mandatario muchas veces queda sin opciones, para seleccionar y
escoger, al que mejor les parezca o considere por calidad y experiencia, de
personas idóneas, por obligación de complacencia impositiva, cuya suerte de
resultado, es incierto o un juego de azar.
No es fácil articular y engranar, equipo
humano de trabajo, sin noción, ni el libreto, de lo que se va a hacer, desde
que inicia el gobierno, hasta cuando se despide. Dejar a cada uno, de su
cuenta, sin atenciones, coordinación, ni controles, es contraproducente,
riesgoso y negativo, para la administración de gobierno, que debe velar, por el
bienestar interno, alcaldes y gobernadores.
De la
calidad, capacidad informativa y experiencia operativas; de quienes conforman
el equipo humano de trabajo, técnico-profesional, en gobiernos, municipal y
departamental, ocupando los cargos de: secretarias, direcciones, asesores y
consultores, dependerá el éxito o fracaso de algunos mandatarios, cuando no
logran acoplar y coordinar, las operaciones, direccionadas por el mandatario.
Seis meses son suficiente, para valorar y calificar, acciones, gestiones y
labores; ejercidas y ejecutada, de manera fusional e integral. Los que no
producen, atrasan: proyecciones, programas, deberes, oportunidades y
compromisos.
Los mandatarios deben entender, que ellos son
de elección popular, en consecuencia, deben corresponder, no solo a sus
electores que los eligieron, sino a todos los habitantes, de manera
indiferente, en términos de equidad e igualdad. Gozan de facultades,
atribuciones y autonomía territorial; para los manejos internos y externos. No
asuman las administraciones territoriales, de cuatro años, como una propiedad
privada, para explotación familiar-política, de beneficios exclusivos
únicamente, en favor de aportantes económicos, en campañas a candidatura.
Los que
aportan trabajos en campañas, no tienen expectativas de vinculaciones en las
burocracias, por que quienes ponen la plata, reclaman y exigen, cargos y
contratos.
El exgobernador de La Guajira y padre del
actual gobernador, Jairo Aguilar Ocando, en la ceremonia de posesión de su
hijo, Jairito Aguilar Deluque, pidió a los medios de comunicaciones, vigilar
las gestiones del nuevo gobierno departamental. Los medios de comunicaciones
son esenciales, para intermediaciones, de informaciones y comunicaciones,
masivas e instantáneas, de manera objetiva para gobernados.
Es una forma de mostrar transparencias en
operaciones de gobierno. Lo que no se debe es abusar de los medios, con
sobornos o amenazas, ni mucho menos, que estos, se dejen utilizar, para
manipular, callar, distorsionar, desinformar, parcializar, extorsionar o
constituirse, en sicarios de la comunicación, como actualmente ocurre con
algunos, directores y comunicadores, que degeneran y arrastran, el desacredito
popular del periodismo. Cuando estos,
deja de ser objetivo, para colocarse al servicio del dinero, la delincuencia y
corrupción; resulta nocivo y peligroso en la convivencia social.
Las
cosas que bien se hacen, van por buen camino, no hay por que temer. La
corrupción es lo que daña. Los mandatarios deben aprovechar el periodo de
gobierno, para dar lo mejor. No pierdan tiempo en demasiados agasajos,
discusiones improductivas e indecisiones. El termino de cuatro años, no es que
sea de mucho regodear. Cumplan compromisos de campañas y no se desconecten de
la gente, convocándolo a participar en espacios del gobierno.
Estaré atento a participar democratícenme,
opinando sobre hechos y observaciones, con sentido: ejecutivo, contributivo,
progresivo y de utilidad común para La Guajira.
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