Gustavo Petro, un presidente en sintonía con el mundo
Opinión de la Columnista invitada, Leonor Zalabata*
Todos los años, poco antes de inaugurarse el período ordinario de sesiones, el presidente electo de la Asamblea General de Naciones Unidas propone a los Estados Miembros un lema de trabajo que refleja las prioridades más urgentes para la comunidad internacional en ese momento dado. Esta práctica fue instituida en 2003 por medio de una resolución y, desde entonces, todos los presidentes de la Asamblea le han dado cumplimiento.
Así, mediante una carta, Philémon Yang, ex primer ministro de Camerún y nuevo presidente electo de la Asamblea para el 79 período de sesiones —que iniciará el próximo mes de septiembre—, propuso el siguiente lema:
No dejar a nadie atrás: actuar juntos por el progreso de la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana para las generaciones presentes y futuras.
En la misiva, el presidente Yang les sugirió a todos los Estados Miembros y agencias del sistema ONU incorporar este mantra a las actividades, reuniones, eventos y demás iniciativas que se desarrollen durante el 79 período, tanto al interior de los recintos de la organización como fuera de ellos. Yang explicó que la temática escogida por él responde a una coyuntura internacional “compleja y volátil”, y que servirá de plataforma para deliberar y lograr acuerdos sobre medidas eficaces frente a las dificultades y desafíos.
La paz, la prevención, la dignidad humana, el desarrollo sostenible y un énfasis en la juventud, argumentó Yang, son objetivos comunes que deben prevalecer sobre nuestras diferencias, por el bien de las generaciones futuras. “El llamado es a trabajar juntos y producir resultados para todos, sin dejar a nadie atrás”, apuntó el nuevo presidente en su escrito.
Son tiempos difíciles para la institucionalidad democrática en todo el mundo, y la ONU -el principal foro diplomático del planeta- no escapa a esta realidad. Las diferencias políticas entre bloques, las rivalidades entre potencias, la ineficiencia burocrática, y el ejercicio del veto en el Consejo de Seguridad (al cual Colombia se ha opuesto reiteradamente) han expuesto a la organización a la crítica válida y al escepticismo de una sociedad global que espera soluciones rápidas y precisas a una miríada de amenazas que afectan nuestra vida y ponen en entredicho nuestro futuro.
Sin embargo, pese a los contratiempos, la ONU continúa siendo la única organización internacional que recoge la voz de prácticamente todos los Estados del mundo, y que cumple importantísimas funciones políticas, humanitarias, de mediación de conflictos, en pro del desarrollo, del respeto a los derechos humanos, de la conservación del medio ambiente, de la adaptación a la emergencia climática, y un largo etcétera. Hoy Naciones Unidas es, a todas luces, un ente indispensable que les lleva el pulso a los problemas que aquejan a la humanidad.
Es por esto que, al leer la carta, resulta interesante ver las fuertes coincidencias entre la lista de prioridades globales identificadas por el presidente de la Asamblea General de la ONU para 2024 y el programa general del Gobierno del Cambio. El presidente Petro, contra viento y marea, ha promovido tenazmente la búsqueda de la paz integral para Colombia: una paz con transformaciones territoriales que, por fin, desenraíce las causas históricas de nuestra violencia política y detenga sus expresiones criminales más contemporáneas. Gobernar para la paz, nos ha señalado el presidente, no solamente implica cumplir plenamente con lo acordado con quienes dejaron las armas, sino también ejecutar acciones concretas para sacar del abandono y el atraso a las comunidades que, por generaciones, han visto a sus hijos convertirse la materia prima del conflicto armado.
En el plano internacional, el Gobierno Petro ha desarrollado una ambiciosa estrategia diplomática a favor del multilateralismo y de las salidas dialogadas a conflictos como el de Rusia y Ucrania, y ha liderado la oposición global al inclemente asedio desatado por Israel en contra de los palestinos en Gaza y Cisjordania.
El desarrollo sostenible —otro ítem central en el lema del presidente Yang— y las estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático son igualmente ejes principales de nuestro plan de Gobierno. Las intervenciones del presidente Petro han dado la vuelta al mundo, convirtiéndose en referentes del posicionamiento político del sur global frente a la justicia climática, la pérdida de biodiversidad y la necesidad de reformas drásticas al sistema financiero y al sistema internacional de fiscalización de drogas.
Así mismo, existe una fuerte sincronía entre la nueva presidencia de la Asamblea General y el Gobierno colombiano en el objetivo último de rescatar y proteger la dignidad humana de las generaciones presentes y futuras. La consecución de una vida digna para todas y todos ha sido un componente fundamental de la propuesta del presidente Petro: estamos dando pasos seguros hacia un país incluyente, sin hambre, donde los derechos humanos sean respetados, y donde la educación de la niñez y la pensión de la vejez estén garantizadas.
Finalmente, “no dejar a nadie atrás”, el encabezado del lema de Naciones Unidas para el próximo año, está en plena sintonía con la invitación que el presidente Petro ha hecho a toda la sociedad colombiana para hacer parte de un nuevo Acuerdo Nacional. Los retos comunes que enfrentamos como país y como sociedad global requieren soluciones colectivas, ideas ambiciosas y planes audaces. Superaremos juntos los obstáculos, o fracasaremos en el intento.
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